A Daiana Cidade la conocimos cuando nos presentó a su manada hermosa, pero dejamos para algo especial a “Mala Cara”. Ella nos contó que “apareció en mi casa a principios de la cuarentena, entraba por las rejas, era súper miedoso. Se quedaba siempre en la puerta”, es como que sabía en qué casa instalarse.
Y “un día de lluvia me pasó que estaba ahí afuera y lo entré, de a poquito fue tomando confianza.
Estaba muy deteriorado, flaco, con un gran miedo a las manos y tenía una grave enfermedad. Era una odisea trasladarlo a la veterinaria porque no se dejaba tocar por nadie, sufrí varias mordidas así que había que distraerlo para colocarle los dos bozales que hacían falta para poder atenderlo”.
“Mala Cara” es vago, “le gusta recorrer y lo controlo por temor a los autos. Tiene horarios y a veces vamos a dar vuelta manzana a la que a veces se suman los gatos, ahí tengo que volver para encerrarlos”.
Es un gran compañero de su salvadora, varias veces fue hasta el supermercado y la esperó en la puerta, aunque amagó entrar algunas veces y como lo conocen le dicen: “Mala Cara, ya viene tu mamá”.
Tiene aproximadamente 13 años, al principio su nombre era Suertudo, “pero mis hermanos y amigos le pusieron así porque él movía la cola, pero sabían que no había que tocarlo” y si lo ven ya saben. Así es este tierno señor.
Por Rosanna Toraglio-Periodista