Como diversas actividades a nivel nacional, el sector de las panaderías enfrenta un complejo contexto por la crisis económica, motivada principalmente por el aumento de los costos y la escasez de insumos. Esto provoca que en muchos casos el sector comercial se vea obligado a trasladar la suba de precios al consumidor. También cuestionaron que la provisión de harina subsidiada no es suficiente para cubrir la demanda general.
Cabe recordar que en Misiones, semanas atrás, se definió la continuidad del programa provincial “Ahora Pan” que tiene por objetivo “congelar” el precio del kilo de pan francés o similar, actualmente con un máximo de $250, para evitar la caída del consumo.
Sin embargo, muchas panaderías, que trabajaron con precios por encima del “Ahora Pan” en el momento en el que se debatían las condiciones de su extensión, decidieron mantenerse al margen y no volver a participar del programa por el momento.
Según manifestaron diversos comerciantes del rubro, al ser consultados por PRIMERA EDICIÓN, esto se debe a que no quieren trabajar más con el techo en el precio del pan francés.
“Por ahora seguimos cobrando $250 por kilo, pero no sabemos qué puede pasar mañana o la semana que viene. Los costos de insumos y servicios crecen todos los días y nosotros no podemos seguir haciéndonos cargo de absorber todas las pérdidas”, remarcó un panadero del barrio Villa Urquiza.
“Preferimos no volver al ‘Ahora Pan’ porque el beneficio que brinda a la empresa (con bonificaciones en la tarifa de energía eléctrica) ya no es suficiente. Sabemos que muchas panaderías están tomando la misma decisión”.
Es una buena propuesta para que el pan siga al alcance del cliente, pero lastimosamente a nosotros nos conviene disponer de la posibilidad de subir el precio en el momento que el margen no dé para más. Entre tanta incertidumbre ya no podemos mantenernos bajo un precio máximo hasta fin de mes”.
En tanto que Miguel Krawczuk, presidente del Centro de Industriales Panaderos, al ser consultado por este Diario, comentó que “las panaderías que se fueron (del ‘Ahora Pan’) no volvieron más, pero igualmente la mayoría todavía está trabajando con el precio de $250 por kilo de francés o miñón, salvo un par de casos”.
“Nosotros seguimos con el precio a $250 por kilo con el programa, pero también estamos sujetos a todos los precios de la harina, porque encima la subsidiada no está llegando”, aclaró.
En ese sentido, dijo: “Con el tema de la harina subsidiada, hay solamente dos o tres panaderos que están recibiendo. Los demás tienen que esperar que abran las cuentas necesarias para eso. Son solamente tres molinos los que se adhirieron a este plan. En mi caso hace 20 días que los molinos quedaron en abrirme la cuenta pero todavía no avisaron nada”.
Escasez de insumos
En relación al estado de alerta que crece en todo el país por el desabastecimiento de diversos productos e insumos, en el sector de los panificados “tenemos pedidos de bolsas de papel, cajas para las facturas, que provienen de Córdoba, y directamente nos suspendieron esos pedidos, no toman nuevos pedidos y no hay precios sobre esos productos”, recalcó Krawczuk.
Al mismo tiempo indicó que existen retrasos en otras mercaderías como la harina. “Siempre compré en el mismo molino, pedía una cierta cantidad de bolsas, primero entregaban la mitad y a los diez días la otra mitad. Pero ahora están entregando sin la frecuencia de antes”, contó y añadió que “antes decían que el producto llegaba tal día, pero ahora no viene y demora más días porque el camión no consigue gasoil, se queda en la ruta, y hay bastante complicaciones en ese aspecto”.
Absorber las subas
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Por otro lado, el referente comercial destacó que los inconvenientes crecen por el aumento de los costos que enfrenta el rubro, situación que se repite en la mayoría de las actividades productivas del país.
“Todo lo que es enlatado, como cerezas, duraznos, ananá, tuvo un incremento muy importante en las últimas semanas. También hay muchos aumentos en lo que es la bolsa de polietileno”, relató.
En la misma línea, manifestó: “Siempre absorbemos gran parte de los incrementos para no tener que trasladarlos tan bruscamente a los clientes, pero cada 20 o 30 días no nos queda otra que ir haciendo pequeños ajustes”.
“Por ejemplo, todo lo que tenga derivado de leche, quesos, fiambres, la carne en las empanadas, todo aumenta”, subrayó y amplió: “Tratamos de no asustar a nuestros clientes. Ahora vemos los aumentos de la luz, el gas, que son incrementos que no paran. Pero tratamos de no castigar a los clientes. A veces da vergüenza decir que un kilo de chipa vale $1.500 y tenemos que aumentar a $1.800 porque subieron los quesos, lácteos, todo, y no nos podemos quedar atrás”.
“Tenemos una infraestructura importante, con muchos empleados, hay que estar al día con las cargas sociales, no está fácil en este momento para mantener una empresa con los vaivenes de la economía en el país”, finalizó.