Es un hecho científico que algunas patologías se potencian según el clima y la estación del año. Este es el caso de los cuadros cardiovasculares, que según lo indicaron especialistas cardiólogos, se potencian en la temporada de invierno, siendo mucho más frecuentes los infartos, las insuficiencias cardíacas y agudizándose los cuadros de hipertensión.
Así lo confirmó el cardiólogo jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Madariaga, Ariel Szyszcko, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, quien recomendó a los pacientes que tienen enfermedades cardiovasculares o sufren hipertensión cuidarse especialmente antes de esta época, realizándose un chequeo cardiológico previo al invierno para hacer un reajuste en la dosis de la medicación si lo indica el médico. Una recomendación de suma importancia ya que, en primer lugar, la hipertensión en el 90% de los casos se da asintomática (motivo por el cual es considerada “la enemiga silenciosa”), y en segundo lugar porque es alto el porcentaje de pacientes con afecciones cardiovasculares que buscan una vez su medicación y dan por sentado que no necesitan más controles, pudiendo empeorar su situación.
Si bien es un dato poco difundido entre la comunidad en general, “durante invierno hay una demanda muy alta de los servicios de cardiología en general, eso nos pasa todos los años, porque tenemos más casos de infartos, disección de aorta, formación de coágulos, insuficiencias cardíacas, y una serie de problemas relacionados, lo que hace que en cardiología sean los meses más complicados porque se multiplica la demanda”, indicó Szyszcko.
Mayor riesgo en invierno
Según los especialistas el aumento de infartos en invierno es un hecho que está comprobado científica y fisiológicamente.
“Eso es así, estacionalmente hay una diferencia muy grande porque generalmente en el invierno, con las bajas temperaturas, en los vasos sanguíneos se produce un efecto de vasoconstricción, es decir, los vasos quedan más cerrados algo que se puede ver macroscópicamente cuando una persona que tiene frío se pone pálida con los labios azules”, explicó.
Es así que, como los vasos sanguíneos se ponen estrechos, hacen que el corazón deba hacer más esfuerzo para bombear la sangre, que aumente el trabajo cardíaco y por ende que aumente la presión arterial. A diferencia del verano, donde el calor genera en el cuerpo el efecto contrario produciendo vasodilatación, poniendo los rostros colorados, y haciendo que baje la presión arterial.
A su turno, la cardióloga Elisa Fía, también consultada por este medio explicó “en síntesis el frío favorece los infartos sobre todo cuando recién comienzan las bajas temperaturas, ya que ocurre un vasoespasmo, es decir, que se estrechan las arterias y las que son más finitas si tienen placas de colesterol pegadas, se corta la circulación apareciendo los infartos”. En ese contexto, indicó que justamente las arterias más dañadas son las que más espasmos hacen.
Más infartos en jóvenes
A su vez, otra de las cuestiones alarmantes que notan los especialistas en cuanto a la salud cardiovascular es que cada vez hay personas más jóvenes con hipertensión y por ende con cuadros de infartos. “Vemos cada vez más jóvenes que llevan una vida sedentaria que conlleva colesterol, sobrepeso y demás factores de riesgo lo que hace que tengamos infartos en personas jóvenes”, indicó Szyszcko.
Por otro lado, según el doctor, aparte de los factores de riesgo está muy presente un determinante que agrava los cuadros cardiológicos: el estrés.
“El estrés no ayuda, es la respuesta del cuerpo ante una situación no agradable y cualquier enfermedad empeora con el estrés porque bajan las defensas y se producen una serie de fenómenos inmunológicos desfavorables para cualquier enfermedad”, explicó. Aparte se trata de un factor difícil de controlar ya que está muy ligado a acontecimientos externos como el panorama socioeconómico “que llevan al límite a las personas y a su salud”.
Esta apreciación fue compartida por el jefe de la División de Insuficiencia Cardíaca e Hipertensión Pulmonar del Instituto de Cardiología de Corrientes, Eduardo Perna, quien explicó a este Diario: “Le explicamos al paciente que no porque tenga menos de 40 años está exento de tener un infarto, acá vimos pacientes menores de 35 años que vienen con infartos agudos”. No obstante, si bien existe la posibilidad que haya gente joven con un infarto grande y adultos mayores con un infarto menor, “una persona mayor con un infarto chico tiene mucho más riesgo de sobrevivencia que un joven con un cuadro mayor, es decir, hay mayor riesgo para los añosos siempre”, finalizó.
También prevenir cuadros respiratorios
Otro de los puntos importantes según el cardiólogo Eduardo Perna, especialmente en invierno, es prevenir los cuadros respiratorios aplicándose las vacunas contra la gripe y el COVID-19, ya que en personas con enfermedades coronarias, estas patologías pueden desencadenar descompensaciones y hasta una insuficiencia cardíaca.