Una vez más el Gobierno nacional, después de muchos anuncios y demoras en la implementación (tiempo en el cual se fueron el ministro de Economía, Martín Guzmán, y su Gabinete incluyendo al responsable de aplicar la segmentación de tarifas); llegó el esperado Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE).
Como en las épocas de pandemia, donde muchas actividades se realizaban con la terminación del DNI (caminar, salir, vacunarse, etc), la Nación eligió el mismo esquema para ingresar y completar los datos para que, el mes siguiente, no aparezca un tarifazo en los servicios de luz y gas por redes (en el caso de Posadas, donde el barrio de Itaembé Guazú es provisto por la empresa GasNea).
Como en muchas otras cuestiones, hay más dudas que certezas sobre cómo actuar. Y la Nación no aprovechó precisamente este largo tiempo de espera hasta que apareció el RASE para empezar a instalar la información suficiente que facilite y agilice las inscripciones.
En adelante, lo más probable es que aparezcan muchos usuarios que quieran enmendar sus declaraciones juradas, ya sea por errores o por omisiones; estarán los que colapsen las oficinas de ANSeS buscando ayuda presencial; y los que por temor decidan no completar este trámite obligatorio y terminen pagando más caros los servicios.
Hay muchos caminos por recorrer. Por ahora, lo ideal es no desesperarse ni apurarse. Porque, probablemente, el Gobierno nos tenga preparados cambios sobre la marcha.