Pocos minutos le duró a tres delincuentes un automóvil robado a un remisero de 41 años a quien intimidaron con un arma de fuego tras simular ser ocasionales clientes. El hecho sucedió durante la noche del lunes y por el momento los autores están prófugos.
La policía tomó conocimiento del asalto cerca de las 22.30 del día mencionado, cuando un hombre de 41 años solicitó ayuda a transeúntes que pasaban por barrio Nuevo en Garupá. Le facilitaron un teléfono para que pueda llamar al 911 y reportar que había sido víctima de un robo, precisamente de su herramienta de trabajo, un vehículo con el que oficia de remis.
Una vez en el lugar, efectivos de la comisaría de Garupá tomaron nota que los sospechosos eran tres jóvenes de entre 17 y 22 años aproximadamente de acuerdo a la descripción de la víctima, quien relató que los tres hombres le solicitaron un viaje a la zona al subir en un tramo de la calle Alberto Roth alrededor de las 20.30 y el destino era el centro de Garupá.
Momentos antes de llegar a destino, específicamente en barrio Nuevo, uno de los falsos pasajeros extrajo de entre sus prendas un arma de fuego y lo obligó al chofer, primero a detener la marchar del motor y luego a descender del rodado.
En ese contexto, también se apoderaron de una suma no especificada de dinero y del teléfono celular Samsung A13 del trabajador para huir con rumbo desconocido.
Los uniformados iniciaron un operativo cerrojo de acuerdo a las características del vehículo, los datos de la patente y de los posibles rasgos físicos de los tres delincuentes. A pocas cuadras del lugar del hecho, una patrulla se topó casi de frente con el vehículo Volkswagen Gol por lo que los delincuentes intentaron escapar cambiando de rumbo cuando transitaban por el barrio Piedras Blancas precisamente sobre calle Gardel.
La situación ameritó una persecución corta con ese móvil policial sabiendo que además en la zona había otros apostados para completar el operativo cerrojo, lo que acabó por convencer a los ladrones que no tenían muchas opciones para escapar.
Finalmente, el automóvil se estrelló contra un gran montículo de tierra en una zona de obras y varios terrenos baldíos, por lo que sus tres ocupantes, ganaron la calle a pie y corriendo lograron adentrarse en el barrio Santa Clara II y no fueron ubicados, al menos hasta anoche.
Los uniformados preservaron el lugar y dispusieron el traslado del Gol rojo a la comisaría jurisdiccional para que una vez que se terminen los trámites de rigor, sea devuelto a su propietario, aunque en principio quedó dañado por el impacto.
Interviene en el hecho el Juzgado de Instrucción 3 a cargo del magistrado Fernando Verón.