Para asistir a las familias de escasos recursos de los puntos más lejanos de la provincia, la Fundación Pozo Azul inició una labor en el municipio homónimo bajo el nombre del proyecto “Por los Niños”. Como grupo, el camino comenzó hace unos 10 años , al encontrar numerosos niños y mujeres embarazadas con poco atención nutricional y sanitaria. A través de la Federación de Fundaciones Argentinas (FEDEFA) y una empresa americana, consiguieron módulos alimenticios a base de soja y maíz, con 25 nutrientes naturales, para distribuir entre población infantil desnutrida y los ancianos. Con cada vez más personas con necesidades económicas y sanitarias, buscan conformar un centro de atención en la sede de la Fundación para el seguimiento nutricional.
En comunicación con PRIMERA EDICIÓN el presidente de la Fundación Pozo Azul, Vicente Bártolo, recordó que años atrás “paramos algunas veces en el CAPS y un día nos encontramos con 40 personas, todas mujeres, algunas embarazadas y otros niños pequeños”. De esta forma, nació la idea de conformar un grupo de asistencia: “Hicimos los trámites para que nos envíen los alimentos, que hacen un mes llegaron. Hasta el momento contamos con unas 400 cajas entregadas”, agregó.
En este sentido, comentó que el objetivo “es que los chicos en desarrollo tengan la asistencia necesaria para evitar problemas”.
A pesar de que los módulos alimentarios están destinados a los chicos con desnutrición, señaló que “tratamos de dar a quienes lo necesitan, porque acá los niños no tienen el mismo orden que otras familias y por ahí pasan días sin comer. Por esto, el desarrollo de estos chicos puede no ser normal y queremos que exista un control médico para ver si está todo bien”.
En cuanto a la entrega de alimentos en parajes y picadas, aclaró que “la primera vez se entregó, pero luego pediremos que se acerquen a la Fundación. Allí pensamos organizar para que esté un médico y de esa forma pueda revisarse a los chicos que llegan, controlar el peso y talla, para tener un seguimiento ya que todos los meses entregaremos la bolsa de alimentos”.
Desde la Fundación Pozo Azul “llevamos asistidas a más de 200 familias, todo sin costo y gestionando la entrega con recursos propios, porque siempre somos unos pocos en los recorridos, sin ningún otro tipo de acompañamiento”, añadió Bártolo.
En un contexto de un solo médico, con horas de espera y una revisión superficial, señaló que “necesitamos médicos las 24 horas y hemos vistos personas fallecer porque no recibieron primeros auxilios”.
Remarcó que se necesita un acompañamiento a la Fundación, “porque la propia Municipalidad no nos brinda apoyo y todo lo tenemos que hacer con nuestro esfuerzo y con nuestros recursos”.
Vicente Bártolo contó que “formamos la Fundación, con todos los papeles y empezamos con la construcción del edificio. Es una construcción única en el pueblo, donde vamos a hacer un centro de diagnóstico, con un médico que al menos esté durante el día. Esto lo hablamos con el Ministro de Salud, porque también se necesita contar con un lugar para tener análisis clínicos”.
Respecto a la atención de pacientes, explicó que “en San Pedro ni Bernardo de Irigoyen tenemos dónde hacer análisis y todo termina siendo derivado a Eldorado. Así que propusimos este lugar para descomprimir la atención que se dirige a Eldorado”.
Bártolo detalló que en caso de presentarse una emergencia y para recibir atención médica, “desde el pueblo deben hacerse unos 7 kilómetros por caminos que nunca se arreglan”.
En cuanto a las familias, que viven en áreas rurales, el presidente de la Fundación Pozo Azul contó que en los hogares son numerosas las personas, porque “tienen varios hijos por cada casa”.