Aunque reciben distintas denominaciones, coiffeurs, estilistas, peluqueros, tienen la tarea de cortar el cabello y celebran hoy su día en todo el país. “Lo que nos une es que todos cortamos el pelo”, dijo Cristian García, de Barber Shop, al tiempo que describió la satisfacción que le produce el hecho de haber elegido este oficio.
Agradeció a su madre, Elisa del Valle, que fue quien lo encaminó hacia esta profesión, a muy temprana edad. “Empecé a los 13, y a los 15 años ya me había recibido, y es porque ella me decía, mi hijo tenés que estudiar este oficio, porque siempre vas a tener trabajo, porque el cabello crece. Y tenía razón. Gracias a Dios, tenemos mucho trabajo, a pesar de todo”, celebró, desde su local de avenida Corrientes 2179.
“Nos dedicamos a la peluquería pero agregamos el servicio de barbería tradicional, de old school o la vieja escuela. Contamos con un equipo de once barberos, con quienes conformamos una gran familia -además, cada barbero representa a una familia-, y siempre estamos pensando en el futuro, en cómo podemos expandir la marca, en seguir creciendo, apostando a la excelencia y a dar lo mejor de nosotros”, señaló, orgulloso de los logros.
García empezó trabajando de manera individual, después se agregó su esposa, Paula Soria, y un peluquero. Al poco tiempo, comenzaron las clases en la academia donde brinda cursos de corte masculino y barbería -al que asisten muchos jóvenes-, se incorporaron los alumnos, y comenzó a crecer el semillero.
“Y hoy contamos con un equipo de barberos profesionales que pueden asesorar al cliente y que pueden brindar el mejor servicio. Hace seis años que estamos con el desarrollo de los cursos y nos elige la gente de Corrientes, de Chaco, de Paraguay, y el interior de Misiones, que se va recibiendo y abriendo sus comercios”, contó.
Se mostró “feliz de tener un oficio con el que puedo viajar a cualquier parte del mundo y tiene el mismo lenguaje. Por más que no me exprese en el mismo idioma, lo puedo entender por señas y puedo sacar un lindo corte y dar un estilo a la persona que se acerca. Con una tijera y un peine puedo viajar a cualquier parte del mundo y conseguir trabajo. Así que doy gracias a Dios y a mi madre, que me encaminó en este oficio”.
Antes de la barbería, García se desenvolvía en la peluquería unisex, pero hace unos años “dimos un vuelco, y nos dedicamos exclusivamente a los caballeros. En esto hay que ser perseverante, esforzarse, mejorar día a día, realizar los cursos, porque siempre salen nuevas tendencias y se actualizan los estilos. La moda va girando, y nunca dejas de estudiar. Es un oficio en el que hay que actualizarse constantemente. Afortunadamente, logramos algo que incluye a clientes de todas las edades”, enfatizó, al tiempo que deseó a sus colegas de la provincia un muy feliz día.
Los motivos de la celebración
El 25 de agosto se rinde homenaje a una de las profesiones que contribuye a la mejora de la apariencia física y cuidado personal. Se celebra el Día del Peluquero, en conmemoración al Rey Luis IX, una figura simbólica para su época al designar a su peluquero como “hombre libre” y elevar, de esta manera, su jerarquía social. En el siglo XIII, trabajar en peluquería no tenía el mismo reconocimiento que los demás profesionales de Europa. El oficio era de status plebeyo y sólo se ejercía para la nobleza que, sobre en todo en Francia, utilizaba pelucas y no cabello natural. Con el accionar del Rey, se le otorgó un nuevo prestigio al oficio que, hasta el momento, sólo se ocupaba de cuidar el pelo falso de los más prestigiosos burgueses.
Al declararlo “hombre libre”, el rey lo equiparó con caballeros, jueces, médicos y magistrados. También le autorizaba el uso de un espadín como parte de su atuendo, considerado un símbolo de tal distinción.
En Argentina se le agregó una razón por la cual festejar: el peluquero y director de teatro, Domingo Guillén, organizó el festejo en el teatro Coliseo al que fue una gran cantidad de profesionales en 1877. Dicha organización incentivó a que se creara la Sociedad de Barberos y Peluqueros, más precisamente desde la ciudad bonaerense de Pergamino. En este sentido, el tiempo llevó a que en 1940 se designara de forma oficial al 25 de agosto como el Día del Peluquero durante el Congreso Nacional de Peluqueros, convocado por la ex-Federación Argentina.