Cata no es una perrita rescatada de la calle, ella tenía dueños y vivía en el campo con otros perritos amigos. Su vida transcurrió sin sobresaltos durante casi siete años.
Helga Schultze es instructora de Biodanza, algo que la mantiene en un equilibrio energético amoroso y cada vez que visitaba el campo donde vivía Cata sentía como una conexión especial. “Era un perrita muy simpática, muy inteligente y muy amorosa. La conozco desde pequeña, pero últimamente no la veía bien.
Estaba con el cuerpo lleno de heridas, la trataban con inyecciones porque pensaban que era sarna, pero no mejoraba”, nos cuenta Helga que ya estaba como preocupada.
Hace un tiempo ella fue al campo y la vio a Cata “muy desmejorada, apagada, apenas caminaba, llena de heridas en todo el cuerpo, creo que se estaba entregando. Yo estaba por viajar así que no la podía llevar, entonces le dije: ‘si aguantás hasta que regrese, te llevo conmigo’”, y aguantó.
“Cuando regresé de mi viaje me acomodé y fui a verla, estaba muy mal así que cumplí y la llevé. Fui a la veterinaria que está por López y Planes y le dieron suero y aplicaron inyecciones.
“Al parecer eran heridas que le producían las pulgas y no era sarna. Se recuperó prontito, ahora está feliz y nosotros también; volvió a ser la perrita despierta que era y creo que se quedará con nosotros porque si bien los otros perros de ese campo están bien, puede ser que a ella le produzcan eso las pulgas”.
Creo que el Universo conspira para enviarte a ese “alguien” en el momento indicado para “algo” importante y como dicen en las redes: ¡Nos encantan los finales felices! ¡Gracias por compartir Helga!
* Por Rosanna Toraglio (Periodista)