El Mercado Modelo “La Placita” de Posadas, ubicado en su tradicional ubicación de la avenida Roque Sáenz Peña entre Sarmiento y San Martín, celebra este martes el 68° aniversario de su fundación.
Si bien no hay una fecha exacta que conmemore cuando comenzó a funcionar, sus inicios datan de 1956, aunque recién fue inaugurado en 1962.
Persistieron en el tiempo, atravesando momentos difíciles y críticos; varios intentos de desalojo y hasta un incendio en 1983 que dejó grandes pérdidas. Como no hay registro exacto sobre cuando comenzó a funcionar, se eligió el 27 de agosto porque este día entró el último locatario luego del trágico suceso.
Declarado Patrimonio Histórico Cultural de la Provincia, “La Placita” es un edificio que representa gran parte de la historia y cultura posadeña. Quién no ha recorrido sus pasillos, ya sea para consultar precios de un puesto u otro o para comprar, ya que en el lugar se comercializan artículos de electrónica, indumentaria, perfumería, artículos de pesca y hasta un sector exclusivo para plantas medicinales.
Los orígenes, desde inicios del siglo XX
Los primeros hechos de formación llevan a principios del 1900, en la avenida Roque Sáenz Peña, en el peñón pétreo y barrancoso existente entre la terminación de las calles Belgrano y Alvear. Allí se instaló la primera feria popular de Posadas.
Se ubicaban los oferentes, casi todas mujeres, las “villenas” que desde el amanecer cruzaban en lanchas desde Encarnación, más conocida entonces, como la “La Villa”, trayendo productos de granja, como mandioca, batata, pollos, huevos, choclos, entre otros; sin faltar la chipa, mbeyú y sopa paraguaya, como también los yuyos medicinales, entre otros productos regionales.
Hacia 1930, la pintoresca feria fue eliminada ya que daba “una mala imagen en el ingreso de la ciudad, por su falta de higiene y por su aspecto de campamento gitano”; palabras dichas por el coronel Enrique Pilloto, quién fuera enviado por el gobierno de José Félix Uriburu como Interventor Federal del Territorio de Misiones en reemplazo del gobernador Héctor Barreyro. Esto se dio en el contexto del golpe militar que derrocó al presidente Hipólito Irigoyen.
Transcurrido algunos años de la eliminación de esa placita, un grupo de comerciantes consiguió una habilitación legal y se congregaron en el boulevard de avenida Roque Pérez entre Félix de Azara y Buenos Aires. La edificación consistió en un tinglado de techo común para todos los puesteros y las divisiones de los pequeños compartimentos o locales se hacían con chapas de amianto.
En tanto funcionaban, el mismo problema los volvió a perjudicar: la falta de higiene y la insuficiencia de sanitarios era la nota más saliente, y por supuesto la proliferación de roedores que invadían las propiedades aledañas, provocando a menudo la queja airada de los vecinos.
Funcionó hasta fines de 1955 y nuevamente se dio marcha atrás al comercio en ese sector; como consecuencia de un golpe revolucionario, el interventor de la Comuna, Cayetano Castelli, dispuso la eliminación de la feria, en consonancia con el clamor de los vecinos, que cada vez eran más insistentes.
Para 1958, se nombra Interventor Federal en la provincia a César Napoleón Ayrault, quien encomendó la elaboración de un plan de reestructuración y remodelamiento de la ciudad, denominado “Plan Urbis”.
De este se desprendieron varios objetivos; uno de ellos, fue para el tramo de la avenida Roque Sáenz Peña y Sarmiento, el cual consistió en la elaboración de dos edificios: un mercado y un monoblock de viviendas.
Es así, que para 1962 se inaugura el edificio comercial. Su nombre oficial fue “Mercado Modelo”, pero una vez más la costumbre popular hizo lo suyo y lo bautizó según los antecedentes que ya llevaba consigo. También por el deseo de conservar aquella calificación ya histórica y tradicional venida de décadas, entonces se impuso la ampliación del nombre oficial, siendo hoy Mercado Modelo “La Placita”, según así se refleja de manera notoria en los frentes sur y norte de la edificación.