El crecimiento exponencial que tuvo la zona cercana a la Terminal de Ómnibus y Transferencia Quaranta de Posadas trajo consigo también el incremento de los casos de inseguridad en los barrios aledaños y es por eso que los vecinos reclaman mayores controles, en especial en el horario nocturno.
Son familias que, según contaron a PRIMERA EDICIÓN, viven hace tres décadas en la zona y reconocen que “hubo numerosas mejoras en la infraestructura, empedrado, alcantarillas, eso no lo negamos y estamos muy agradecidos. Pero la realidad es que hoy se volvió inseguro nuestro lugar porque uno puede ver en cualquier momento del día cómo utilizan las calles laterales de los barrios para escapar, ya sea en moto o a pie. Decimos escapar porque más de una vez detrás aparece corriendo la persona a la que le quitaron la mochila, la cartera o hasta la moto”, indicó Rubén González.
La zona “caliente”, como la definen los propios vecinos va desde “Horacio Quiroga, hasta las avenidas Domínguez, Quaranta y Cocomarola. Pasa que son vías de escape de tránsito bastante rápido. El personal de la comisaría no da abasto, eso nos dicen y nos consta porque es muy amplio, tienen muy buena voluntad porque cuando pueden se acercan a dialogar con los vecinos para tratar de mejorar, pero eso no alcanza”, dijo González.
Al igual que en otros casos, aclaran que “el Foro de Seguridad y las comisiones barriales aportan su gestión pero esto crece y tiene que ponerse límite, es por eso que queremos también advertir a otros vecinos de barrios cercanos que extremen sus cuidados. Antes le echábamos la culpa a los integrantes de la comunidad gitana, que siempre vivieron sobre Quaranta, de protagonizar desmanes pero ahora se ve que llegan en motos o a pie desde otros lugares”.
Otra vecina, Mariana López, resaltó que “los comercios de la zona fueron creciendo, hay corralones de materiales de construcción, empresas de transporte que guardan sus coches y un pádel, todos ellos generan un intenso movimiento incluso hasta la medianoche. Pedimos más controles porque hasta hubo casos de autos que quedaron estacionados en las calles laterales a la Quaranta a los que les robaron los neumáticos, algo increíble”.
También comentaron que “nos dicen que hay cámaras de seguridad en toda la zona pero estos amigos de lo ajeno pareciera que saben hasta por dónde moverse y cómo cubrirse con gorras, mirar para abajo, para que no se los identifique fácilmente. Hoy el barrio está muy peligroso”.