La celebración eucarística especial se celebró en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, donde paraguayo Adalberto Martínez y otros 19 sacerdotes fueron investidos como integrantes del colegio cardenalicio, organismo de la alta jerarquía de la Iglesia Católica.
El histórico episodio contó con la participación de un determinado público consistente en familiares, allegados y delegaciones oficiales de los países de donde son originarios los religiosos investidos como cardenales. Durante el consistorio, el papa Francisco, siguiendo los ritos tradicionales, formuló la creación y proclamó solemnemente los nombres de los nuevos cardenales, entre ellos al arzobispo de Asunción.
Tras el juramento de los nuevos miembros del purpurado, cada uno de los nuevos cardenales se acercó al Sumo Pontífice, para, de rodillas, recibir el birrete y el anillo cardenalicio. Asimismo, el papa Francisco les informó sobre sus nuevas funciones. Martínez fue convocado en el puesto 15.
Adalberto Martínez Flores, Arzobispo de la Santísima Asunción en Paraguay, como cardenal de la Santa Iglesia Romana, fue investido con el título de San Giovanni a Porta Latina (San Juan ante la Puerta Latina).
Mayor participación de América y Asia
Además de Martínez, otros tres purpurados provienen de América Latina: monseñor Leonardo Ulrich Steiner, arzobispo metropolitano de Manaos (Brasil); monseñor Paulo Cezar Costa, arzobispo metropolitano de Brasilia (Brasil); y el monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena de Indias (Colombia).
Las nuevas creaciones cardenalicias de Francisco refuerzan el peso de América y Asia dentro de los cardenales que estarán llamados a participar de un eventual cónclave: mientras que en 2013, cuando fue elegido Jorge Bergoglio, Asia y América sumaban 44 de los 115 electores, a partir de hoy los dos continentes tendrán 59 de los 132 con derecho a voto.
Al mismo tiempo, Europa pasará de haber tenido 60 de 115 cardenales en 2013 a 53 de los 132 que a partir de hoy podrían votar si se convoca un cónclave para elegir al Papa número 267 de la Iglesia.
En ese marco, según datos oficiales analizados por Télam, en los últimos 100 años los cardenales electores provenientes de Italia y el resto de Europa pasaron de ser en el 90% del total que representaban en 1920 a apenas por arriba del 40% a partir de hoy.
La preferencia del Papa por las periferias se ve también en que a lo largo de su pontificado el 48% de los purpurados que creó fueron el primer purpurado histórico de su diócesis, frente al 22% de Juan Pablo II y el 11% de Benedicto XVI.
En particular, resaltan los casos de nuevos países que se agregan al Colegio Cardenalicio, como Mongolia, Timor del Este y Paraguay, frente a grandes ciudades europeas de larga tradición católica como París o Turín que no tienen un purpurado.
Argentina, por el momento, sigue representada por cuatro cardenales: dos con derecho a voto, Mario Poli y Leonardo Sandri, y dos mayores de 80 años, Luis Héctor Villalba y Estanislao Karlic.
Fuente: Télam y medios digitales