El Superlegítimo II puso en funcionamiento dos nuevas máquinas para la reparación de inyectores CRI y CRIN y en sistema diésel de common rail, que se suman a las cinco ya existentes en la empresa. Se trata de un banco de pruebas DCI 700, de origen español, y un banco de pruebas CR 708, japonés.
Para Milko Halberstadt, propietario de esta prestigiosa firma, por la tecnología que presentan, las adquiridas son herramientas que colocan a la provincia de Misiones y a Argentina “en el primer mundo en reparación de sistemas de inyección diésel, con margen de error cero”.
En el país “somos servicio autorizado desde hace 31 años” y ahora “hicimos una inversión muy fuerte, gracias a los clientes que siempre nos apoyan y al Gobierno de Misiones, que confía en nuestro trabajo. También accedimos a un crédito del Banco de la Nación Argentina para concluir la operación”.
Aseguró que “no es fácil hacer una inversión de tamaña envergadura. Siempre es un riesgo. Generalmente las inversiones de esta dimensión no tienen un retorno, no hay amortización en estas máquinas. El mercado automotor se mueve tan rápido que dentro de dos años estas máquinas o estas inversiones no serán obsoletas, pero se verán superadas por otras tecnologías. Pero eran necesarias, era necesario hacerlo”.
Según el empresario, “tenemos cierto liderazgo en la reparación de equipos de inyección en camiones, línea pesada, y éramos conscientes que esta inversión tenía que llegar, teníamos que hacerla para poder seguir trabajando con tranquilidad”.
Indicó que “las pusimos en marcha y a las dos horas, en el país de origen, sabían lo que estaba sucediendo porque nos controlan y hacen las actualizaciones de manera remota”.
A fin de poder operarlas, dos empleados de “El Superlegítimo II” recibieron capacitación en Campinas, Brasil, de la mano de instructores de la fábrica de Robert Bosch Brasil.
Para la empresa es una satisfacción, “como así también para el personal. Soy el dueño y tengo doce colaboradores con buena referencia, personas que me ayudaron a crecer y crecieron a la par mía”, celebró Halberstadt, al tiempo que recordó que en Posadas “estamos en el mercado del diésel hace veinte años”, pero “venimos con una trayectoria de once años desde la localidad de San Vicente”.
Evolución
Según el empresario, antes “todo era más mecánico. Con un reloj comparador, una bomba hidráulica y un probetero, hacíamos bombas inyectoras. Hoy ya no. Los inyectores que se reparan tienen que ser codificados, sean inductivos o piezoeléctricos. Estas herramientas nos permiten no sólo hacer la parte de Bosch sino la de Delphi, Caterpillar, Denso, Toyota, todo lo que sea inyección, rieles y bombas de alta presión”.
Halberstadt, a su vez, sostuvo que al ser agentes autorizados Bosch, “no podemos usar líneas de repuestos alternativos, sino piezas originales. Las máquinas tampoco lo permiten, por eso tiene cero márgenes de error. Es a lo que apostamos como taller, en una provincia tan importante como Misiones. Nos enorgullece saber que nuestro trabajo sigue siendo de excelencia”.