Cuando una contractura tras otra nos acompaña, vayamos más allá y tratemos de buscar su origen emocional. Contracturas que nos dicen lo que no queremos saber en forma conciente.
Cada músculo tiene la función de sostener, pero a veces lo que sostiene nos resulta muy pesado y esa carga nos hace realizar mayor esfuerzo, y esto en forma sostenida produce dolor.
La posición que damos a la columna por ejemplo, cada parte tiene su por qué y su cuidado específico. Si tomo como base querer estar bien, sentirme bien, significa hacerme cargo.
Lo que más noto en los pacientes es que están a las corridas y en piloto automático.
Karina tiene 52 años, siente dolores generalizados, falta de ánimo y continuo cansancio, con síntomas climatéricos y aumento de peso.
Se siente dolorida todo el día desde la punta del pelo hasta los pies. Trabaja casi 10 horas por día y se dedica a su hogar.
Lo que come le cae mal, su endoscopía muestra gastritis crónica, ya hizo varias veces el tratamiento, pero sigue cayendo. Con constipación crónica y artralgias.
Karina es una bomba de tiempo, vive con su hija adolescente, se quieren pero sus peleas son repetidas, con ira contenida. Siente culpa con su hijo mayor.
Situaciones que calla y cuando explota lo hace sin frenos. Automáticamente comienza con dolor de estómago, su cuerpo se endurece y pide a gritos atención. Reconocer que el dolor es un síntoma que a veces acarrea un sentimiento de pena y frustración. Ubicarnos desde un lugar donde no soy víctima sino un ser adulto que pasa situaciones que las podrá resolver y superar es lo que garantiza la curación.
Mirar la vida como adultos responsables es fundamental para priorizarme. Acepto que soy merecedora de atención. Si priorizo mi ser encuentro tiempo para levantarme y pensar en mi, meditar, respirar de forma conciente.
La mejor manera de levantarme bien y tranquila es comenzar con la infusión caliente y con una sonrisa, es el primer paso para no entrar en piloto automático a mil en mi rutina.
Aprovechar el tiempo con pequeños parates cada 2 ó 3 horas ayudan a disminuir el nivel de cortisol.
Con algunas respiraciones profundas y elongar mi cuerpo levantándome y moviéndome, me descontractura.
Las glándulas secretan una cierta cantidad de hormonas que se desequilibran cuando nos manejamos con piloto automático y reconocer que esto me hace mal y que merezco 10 minutos cada dos horas, los síntomas disminuyen.
Cada célula que conforma el cuerpo está ligada a las emociones que nos gobiernan día a día.
Con el manejo de nuestras emociones podemos disfrutar las etapas de nuestros hijos; es un arte que solo los padres pueden entender, ya que el amor es inmenso pero a veces los problemas de ellos se vuelven “nuestra culpa” y el peso nos agobia.
Saber que no podemos depender de otros para estar bien, ya sea un jefe, un hijo, un esposo, pastillas.
El máximo bienestar es valorarnos, salir del victimismo y saber que cada minuto que me regalo es la base de todo.
La constipación en biodecodificación nos habla de todo lo que guardamos. La gastritis, el dolor es lo que no digerimos.
Escucharnos y avanzar con simplemente respirando conscientemente, tomar agua, descansar mentalmente, alimentación saludable y soltarse con un movimiento libre y fluido. Lo más simple nos sorprende cuando lo empezamos a poner en práctica.
Ordenarnos, ponernos como prioridad es salir del piloto automático y disfrutar de lo que tenemos.
¡Feliz domingo! ¡A querernos y disfrutar!