Fue la periodista Alejandra Farías quien publicó en su red social la situación de esta adorable salchicha viejita. Decía junto al hashtag #unlugarparachicha: “Ella es Chicha, una salchi bien viejita. Su dueña ya no está y la llevaron al canal “por un tiempo”, pero ese tiempo se convirtió en meses y si bien es malcriada por muchos, recibe cariño y alimento a diario como corresponde, claramente un lugar de trabajo no es la casa ideal para que pase sus últimos años.
Lamentablemente, los que somos mascoteros tenemos más de tres en casa y no podemos brindarle un ambiente ideal. Teniendo en cuenta su edad merece muchos mimos y estar tranquila… Si podés brindarle un hogar escríbeme”.
El escrito detonó la alarma en otro amante de las mascotas, Aquiles Olivera, quien prefirió que solo ella sea la estrella en fotos de esta historia, pero su gran corazón es el que enterneció a tanta gente. Él nos contó que antes que Chicha llegue a su vida había tenido varios perros salchichas, incluso uno falleció no hacía mucho, “lo tenías de bebé, de muy chiquito y tenía unos 12 o 13 años. Era un perro muy inteligente, así en mi familia se creó el amor por los salchichas. Un día estando en la página de
Facebook: Salchichudos Misiones, veo el post y al haber vivido ya la experiencia con un perro viejo de esa raza, me dije: ‘voy a ver porque si está la quiero’. Me contacté con los chicos de Misiones Cuatro y esa misma tarde la fui a buscar. Primero estuvo unos tres días con miedo, la saqué a pasear, iba re tranquila, y luego sí ya se adaptó.
Ella viaja al interior en el auto para visitar a mis padres, va tranquila, se acuesta y duerme. Se lleva bien con otros perros, no juega con ellos, ya no tiene ganas porque está muy viejita, pero sale al patio va y viene. Es muy buenita, es sociable, le hablás y entiende todo. No tiene drama de nada, pide si quiere comida o agua y hasta para subir a la cama te pide. Es una perrita muy buena e inteligente”.
Mientras escuchamos a Aquiles, lo pensamos: “Chicha ya decidió dejar las cámaras y la vida social de la televisión en Misionescuatro para retirarse a un lugar más cómodo, amigable y más confortable. Seguramente ya estaba cansada de atender a tantas personas entrando y saliendo de los estudios.
Quienes más la malcriaban (¡todos!), la extrañaron mucho: “La Chicha bonita. Extraño que no esté para saludarla cuando llego, pero me alegra saber que está bien y cuidada”, confesó la periodista Mariela Martínez.
Nos encantan las historias con finales ¡felices!