Los productores yerbateros todavía están a la espera del nuevo precio del kilo de hoja verde que debe ser laudado por la Nación y que debe regir para la zafra de verano. El monto sugerido fue de $85.
Más allá de eso, el sector nuevamente está siendo golpeado: ya la cosecha gruesa está en su última etapa, pero los secaderos están pagando con cheques a 30, 60 y hasta 90 días. Sumado a esta modalidad de pago, el precio del kilo de la hoja ronda entre los $65 o menos dependiendo de la zona.
Todo esto genera un importante golpe al bolsillo del productor yerbatero debido a que por mes los índices inflacionarios rondan los 6 o 7 puntos, por lo cual ese ingreso queda totalmente licuado por la inflación mensual.
Los representantes del sector hablaron sobre la situación que están padeciendo los productores en la provincia.
Claudio Hacklander, quien forma parte del Directorio de la Producción del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) comentó a PRIMERA EDICIÓN que “el pago con cheques comenzó en la primera quincena de agosto”.
En este punto, recordó que “el año pasado el kilo de hoja verde puesta en secadero había terminado en $55 y cuando arrancó la zafra de verano había bajado a $45 y también se pagaba con cheques a 30, 60 o 90 días. Pero con la sequía el panorama cambió y desde marzo en adelante comenzaron a abonar en efectivo y con precio un poco más altos. Pero a partir de agosto otra vez empezó el problema”.
Consultado sobre el porqué de esta forma de pago, Hacklander dijo que “se debe a que las industrias tienen los depósitos llenos; por lo cual comienzan a bajar los precios. Por eso, hoy otra vez los secaderos están ofreciendo cheques a 30, 60 y hasta 90 días”.
Consideró que “con la inflación que estamos teniendo esto es una locura. Sumado a que en algunos casos están ofreciendo un precio menor a los $65, por lo cual en tres meses eso queda licuado con la inflación”.
En cuanto al golpe al bolsillo que padece el productor yerbatero, Hacklander mencionó que “un productor con cinco hectáreas hoy en día está por debajo de la línea de indigencia con los ingresos mensuales que esto le genera. Mientras que un productor con 12 hectáreas está por debajo de la línea de pobreza”.
En consecuencia, el director de la parte productiva del INYM enfatizó que “es una locura absoluta”.
Por su parte, el productor de la zona centro Cristian Klingbeil comentó a este Diario que “hace varias semanas que los secaderos están pagando con cheques y algunos -incluso- decidieron parar sus actividades para no entrar en conflicto con el productor yerbatero”.
Indicó que “el problema es que la Molinería está pagando a plazo y, lamentablemente el secadero no tiene espalda para aguantar eso; por lo cual tiene que empezar a entregar cheques también”.
Subrayó que “pensamos que eso no iba a pasar, pero -a la vez- nos da una señal espantosa para la próxima cosecha de verano. Estamos muy complicados”.
En relación a los pagos con cheques, advirtió que “el precio es el mismo, es decir que no están reconociendo un 5% o 7% más para hacer frente -al menos un poco- a la inflación mensual”.
Reuniones y debates
Claudio Hacklander, por otro lado, deslizó que “hicimos una reunión con algunas de las asociaciones y es una lástima porque muchas no fueron”.
Sostuvo que “es una pena porque este tema se tiene que definir y hablar entre todos, hay que ver qué medidas se deben tomar para frenar este problema y se debe ver la manera de armar un mercado consignatario, eso nos ayudaría mucho”.
En tanto, mencionó que “hay algunos que hablan de cosas incongruentes sobre la Resolución 170. Es una idea muy descabellada pensar que la resolución perjudica al productor. Decir que esto perjudica al productor es una locura total”.
Por último, el director y también productor de Jardín América describió que “hay que tener en cuenta que el 80% somos pequeños y medianos productores con hasta 50 hectáreas”.