María, Sandra, Claudia, Verónica y Paola, son cinco hermanas que por razones de la vida cuando eran apenas unas niñas de 11, 8, 6, 4 y 2 años de edad respectivamente quedaron desamparadas cuando la pareja de sus padres biológicos se disolvió hace más de 40 años.
En ese entonces, las niñas iban a ser separadas, ya que serían enviadas con distintas familias, sin embargo Paula Holoveski y Roberto González, una joven pareja de Garupá sin niños, decidieron hacerse cargo de las menores y cuidarlas como si fueran sus propias hijas.
PRIMERA EDICIÓN habló con la protagonista de esta historia Paula, de 73 años, también conocida como “Pala”, quien nos recibió en su casa acompañada por tres de sus hijas del corazón María, Claudia y Paola.
“Cuando me hice cargo de las chicas, Paola tenía sólo dos añitos y ese fue un problema porque ella quería teta y acá no había, hice lo que tenía que hacer, como mejor pude, y creo que lo hice bien porque hasta hoy las chicas están conmigo”, relató Paula.
Recordó que era muy joven cuando se casó con Roberto González, hoy de 77 años, de profesión camionero, y que si bien nunca pensaron en tener hijos la llegada de las niñas sirvió para consolidar su matrimonio.
“Fue un 23 de mayo de 1979, justo cuando acá se festejaba a la Virgen de Luján, cuando cerca del mediodía llegó el papá biológico de las nenas para hablar conmigo, y allí decidimos traerlas para que no las separen”.
“Gracias a Dios todo fue bien, esto fue un regalo muy caro y muy bonito que me hicieron. Lo mejor que hice en mi vida fue criar a las chicas”, expresó.
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Indicó que el párroco local le enviaba dos o tres monjas los fines de semana para colaborar con las tareas y los cuidados que requerían las pequeñas. “Esa fue la ayuda más grande que recibí. Nunca me interesó tener hijos, pero siempre cuidé a mis sobrinos, cuidaba a una mellicita de la esquina, siempre sentí mucho cariño por todos los niños”, observó.
Destacó que los padres biológicos de las niñas siempre estuvieron presentes y tuvieron las puertas abiertas de su hogar para verlas.
“El papá biológico de las nenas siempre colaboró, les hizo el dormitorio para ellas, estuvo presente, pero las chicas estaban bajo mi responsabilidad. La madre también venía. A todas las hicimos la fiesta de 15 años, menos a Verónica porque no quiso, fuimos nosotros los que estuvimos siempre presentes para ellas en cumpleaños, en la escuela y fechas importantes”, aseveró.
El amor de “Pala” por los chicos no terminó ahí ya que además de criar a las hermanas también cuidó a varios nietos. “Me gusta cuidar a mis nietos, muchos ya son grandes y también tengo bisnietos”, enfatizó.
Paula consideró que el secreto para mantener a una familia tan grande unida es “tratar a todos por igual. Todos son iguales, no hay preferencias para una u otra, eso es igual para mis nietos, no soy de dar regalos pero siempre gusta hacer una comida rica para compartir con todos. Siempre fuimos muy unidos, cuando cualquiera de nosotras tiene un problema, estamos todas juntas, ellas me escriben y estamos todas juntas. Hace poco mi marido se enfermó y todas me apoyaron”, manifestó.
“El amor no tiene sangre”
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Hoy por el Día de la Madre, las hermanas se reunirán para celebrar a “Pala”, apodo de cariño que le pusieron sus nietos, la mujer que les dio todo el amor y su cuidado en una de las épocas más difíciles de su vida.
“Hay dos cosas que nunca cambiaría nunca en mi vida, los padres que me tocaron y las chicas que cuidé, ellas para mí son como oro, no tienen precio. Hasta hoy están conmigo, no hace falta que las llame, para mi marido también ellas son sus ojos, lo malcrían y lo quieren mucho. Fueron lo mejor que me pasó en la vida, ellas son mi familia”, remarcó.
A todo esto Paola, la más pequeña de las hermanas, deslizó que “nunca sentí que me faltó el amor de una mamá. Nunca sentí que me faltaba mi mamá o la extrañé, porque mi mamá es ella, por eso queríamos contar nuestra historia”.
Mientras que Sandra, la mayor de las mujeres, afirmó que “ellos construyeron esto e hicieron que nosotras siempre estemos unidas, no importan las diferencias, si alguna nos necesita estamos, ellos son los forjadores de ese vínculo, creo que el amor no tiene sangre, el amor es esto, no hay mejor ejemplo”, cerró.