La incorporación de nuevas tecnologías en los automóviles produjo, entre los principales cambios, el reemplazo de los carburadores tradicionales por el sistema de inyección electrónica allá a mediados de los años 90. Todo hacía prever que quienes trabajaban exclusivamente con ese tipo elementos mecánicos debían mudarse de sistema sino quedarían marginados del circuito laboral pero a casi 30 años de ello, hoy siguen tan vigentes y con una buena cantidad de clientes.
Esteban Szkabrij es uno de los pocos especialistas en carburación de Posadas que atiende tanto a particulares como a quienes preparan autos de competición y recuerda que cuando se produjo el cambio en la industria automotriz a la inyección electrónica muchos pronosticaron el fin de los “carburistas”, quienes a casi treinta años hoy siguen con mucho trabajo.
“Yo empecé hace 35 años en esta profesión y junto con mis hermanos trabajando en La Casa del Carburador, por avenida Cabred casi Uruguay. Aprendí el oficio y después mi hermano instaló su taller acá por Santa Catalina, donde lo acompañé unos quince años y después con mi propio local donde sigo a full, todos los días y mi hijo que también se va sumando”, explicó Szkabrij a PRIMERA EDICIÓN.
El taller, ubicado en el barrio San Alberto, en cercanías de Chacabuco y Santa Catalina, es lugar referencial de consulta para quien tiene algún problema de carburación de su auto, siempre hablando de vehículos de una generación anterior a la actual.
“Los especialistas en carburación fueron desapareciendo porque muchos se abocaron a la inyección electrónica debido a que también es más rentable. Yo tomé la decisión de mantenerme en esa especialidad y hoy doy gracias a Dios porque no me falta trabajo, siempre tengo autos en mi taller que me permiten vivir dignamente junto a mi familia”, señaló Skabrij, conocido en el ambiente de los “fierros” como “Pato”.
Comentó que también realiza trabajos más específicos como “carburación para autos de competición, que corren rally, picadas, que me piden incluso para Paraguay y toda la zona de Santo Tomé, Virasoro, Ituzaingó, de Corrientes, además de prácticamente todo Misiones”.
Momento de quiebre
Skabrij recordó que “la inyección en los motores entró allá por el año 1997 en adelante, siempre hablando de los autos nacionales porque los importados japoneses o alemanes ya en los años 80 aparecieron en nuestro mercado”.
Destacó que “tengo muchos clientes que están restaurando modelos viejos de autos como los Falcon, Taunus, ambos de Ford, como así también de otros de Renault como el R-12 o de Peugeot, que están apareciendo también para que les arregle el tema de la carburación. Hay quienes me traen carburadores sueltos, sin el auto, porque puede que sean colegas que no se dedican a la carburación pero están reparando otros elementos y se encuentran con ese problema. Para mí todo es trabajo y mientras pueda cumplir y que quede en las condiciones que tiene que tener el carburador, para mí es una satisfacción”.
Con el paso de los años uno imagina que cuesta conseguir determinados elementos de la carburación de un auto, sin embargo Skabrij dijo que “todavía hay en el mercado, no es tan sencillo pero uno que trabaja en esto desde hace tantos años sabe quién los vende o los puede traer, todo lo que es junta, diafragma, flotantes…”.
Recordó el especialista en carburación que “es necesario mantener el auto en buen estado siempre porque de lo contrario empieza a caerse y en nuestro rubro específico, el consumo de combustible se dispara y la economía no está para desatender eso porque el presupuesto puede duplicarse”.
Finalmente detalló que “yo no hago sólo una limpieza de carburador sino que lo restauro. Cuando comencé se hacía una limpieza y la junta se cambiaba porque en ese momento eran nuevos los carburadores. Hoy ya tienen más de 30 años y muchos muy bien conservados”.