Si bien la historia tuvo un final feliz, la pregunta es más que válida. ¿Cómo es posible que un pequeño de tan solo cuatro años pueda subir a un colectivo en el centro posadeño y esto no llame la atención de absolutamente nadie?
O quizás sí lo hizo, pero en base a la información policial disponible no podemos tener certeza de ello ya que el parte sólo hace mención al hecho de que la madre de Romeo solicitó auxilio al Grupo de Acción Preventiva porque su pequeño se había extraviado en la zona de las calles Junín y San Martín.
De inmediato con datos recabados por los efectivos policiales y el apoyo de las cámaras del 911, se constató que Romeo había abordado un colectivo en una parada de calle Ayacucho que se dirigía al centro de transferencia por lo que varias patrullas fueron derivadas al lugar.
Al llegar, los policías de guardia en la zona ya estaban con el pequeño esperando la llegada de su mamá, a quien Romeo fue entregado luego de los trámites correspondientes.
Y la pregunta vuelve a ser válida, cómo es posible que un pequeño de cuatro años suba solo a un colectivo y no llame la atención de nadie. O quizás sí lo hizo, quizás el chofer o algún pasajero advirtieron lo que ocurría y contuvieron al pequeño hasta entregarlo a la policía, pero eso no figura en el parte.