Con la media sanción al proyecto de presupuesto 2023 que envió el presidente Alberto Fernández, distintas ONG han detectado que se producirá un recorte de entre el 15 y el 20% en las áreas dedicadas a la atención de la niñez. Aunque varias voces se han levantado mediáticamente para advertir a los legisladores de lo que iba a ocurrir, los diputados estuvieron más preocupados en la negociación por los intereses de las provincias que en un tema tan sensible como es el achique de recursos para los niños, niñas y adolescentes de la Argentina.
Es que un 50% de los menores de 14 años en nuestro país se encuentra en la línea de la pobreza. “Seamos claros: cada peso que se recorta de la atención de niños, niñas y adolescentes es una hipoteca segura sobre el futuro de la sociedad y del país. No podemos olvidar que el Estado es el principal garante de derechos, no es posible que se desentienda de sus funciones y responsabilidades”, sostuvo Perinetti en FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Lamentablemente, una vez más, en lugar de potenciar el apoyo a los más desprotegidos en lo social y económico, se busca ahorrar o cubrir el enorme déficit fiscal que tiene el Estado, en estas políticas que tendrán un doloroso impacto en el futuro.
Ese futuro en el que la clase dirigente política ubica a los niños, niñas y adolescentes pero, paralelamente, no les asegura un tránsito al menos digno para garantizarles un tiempo mejor que el actual.
Nadie puede perder la esperanza de que, en el marco de las facultades que el Congreso da al Jefe de Gabinete presidencial, con el tiempo se reasignen partidas y podamos informar que hubo un cambio. Una revisión del error que se ha cometido, para cumplir con el objetivo de la política: el bienestar de la gente.