Recta final en la instrucción de la causa en la cual se investiga el homicidio de Roberto Juan Vargas (43), ultimado de dos disparos de escopeta tras una discusión con un vecino quien le fue a reclamar una deuda de dinero.
Las últimas medidas que se conocieron respecto al expediente, son que el mismo fue girado a la fiscalía para que opine sobre el requerimiento de elevación a juicio y desde el ministerio público argumentaron que el caso es más que un “homicidio simple” como estaba caratulado hasta el momento porque el homicida atacó a traición cuando la víctima estaba de espalda e indefensa.
Justamente esa apreciación hizo que el fiscal Francisco Javier Insfrán planteara el cambio de calificación a “homicidio doblemente agravado por el uso de arma de fuego y alevosía”, y deberá ahora resolver el juez que entiende en la causa.
“Esto no lo vas a hacer más, hijo de p…”, fue la frase antes de apretar el gatillo de una escopeta mientras Vargas intentaba correr hacia el interior de la vivienda, pero cayó desplomado a pocos metros de la puerta de entrada tras sufrir uno de los dos disparos efectuados, en el medio de la espalda.
Los perdigones le afectaron los pulmones y varios órganos más y murió desangrado a los pocos segundos.
El sospechoso corrió después de atacar presuntamente o al menos amenazar a la sobrina de víctima y a su novio quienes se salvaron de milagro porque lograron escapar por una ventana lateral de la casa y una puerta trasera respectivamente.
A medida que fueron pasando las horas de aquel hecho, investigadores obtuvieron relatos sobre la relación previa de amistad y oficios entre Vargas y el detenido ya que ambos se ganaban la vida haciendo changas en la construcción.
Y de estas voces surgió en su momento que Vargas le habría adeudado dinero a su victimario y que este punto derivó en la tragedia, caldeado por alguna otra causa o motivo, tal vez el exceso de consumo de bebidas alcohólicas.
El sospechoso fue capturado el 6 de septiembre del 2021 en una zona de monte. Residía a unos 50 metros de la vivienda de la víctima, pero al estar plenamente identificado sabía que a ese lugar no podía regresar.
Uniformados de Bernardo de Irigoyen montaron varios operativos para su aprehensión y pese a diversos allanamientos, el arma utilizada nunca fue encontrada.
La autopsia del cuerpo de Vargas estableció que tenía perdigones calibre 12 milímetros en el interior y varios órganos afectados, entre ellos los pulmones.
Las mismas fuentes confirmaron que no quedó acreditado durante la investigación que haya apuntado o disparado a las otras personas que estaban con Vargas, en este caso una sobrina y su pareja, ya que una primera versión del hecho fue que los corrió a punta de machete.
Una vez confirmada la elevación a juicio oral y público, se fijará fecha para realizarse en el Tribunal Penal de Eldorado, probablemente en el 2023.