El próximo lunes 5 de diciembre y durante cinco jornadas, será juzgado ante el Tribunal Penal de Eldorado, Alejandro Daniel Kirschner acusado de la muerte a balazos de sus padres Hilario Kirschner (61) y Mirta Sachser (54) en su vivienda de Comandante Andresito.
La pareja de productores rurales fue atacada entre la noche del sábado 21 y madrugada del domingo 22 de septiembre de 2019 en la casa familiar del paraje “Las 500” de la localidad mencionada del norte misionero.
Alejandro Kirschner tiene 26 años y llega a juicio encartado por “doble homicidio calificado por el vínculo y agravado por el uso de arma de fuego”, delito que prevé pena de prisión perpetua.
Se pautaron cinco audiencias de debate los días 5, 6, 7, 12 y 13 de diciembre en el Tribunal Penal de calle San Juan eldoradense.
El acusado, con prisión preventiva desde enero de 2020, posee defensor particular (Roberto Jaime Delacourt). La acusación estará a cargo del fiscal del TP-1 de la Tercera Circunscripción Judicial, Federico Rodríguez.
La imputación al joven apunta a que tanto Hilario y su esposa Mirta fueron ejecutados a tiros. Los proyectiles extraídos a las víctimas y las vainas servidas incautadas en el lugar corroboraron que los disparos fueron realizados con un rifle calibre 22, un arma que tenían las víctimas en su casa y que no habría sido hallada.
El expediente fue elevado a juicio por el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites, quien ordenó la detención del hijo de la pareja el 30 de septiembre de 2019, una semana después del doble crimen, tras los informes de la Dirección Homicidios y de la división Investigaciones de la Unidad Regional V que recolectaron los indicios y supuestas pruebas sobre el sospechoso.
Hipótesis
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Acerca de la hipótesis del doble homicidio, siempre apareció el robo como objetivo pero, como la pareja bancarizaba todos sus ingresos, lo billetes que poseía en mano eran sólo para gastos diarios en su chacra, en la que se desempeñaban en ganadería y yerba mate.
Una inspección de peritos e investigadores en le vivienda y escena del crimen permitió el hallazgo un ticket de una reciente extracción de 100 mil pesos de un banco. Este registro activó el olfato de los pesquisas porque en el inmueble no se halló un solo billete.
Si ese dinero jamás salió de la casa, pudo ser el motivo por el cual el o los asesinos torturaron y ejecutaron a Hilario y Mirta. Las lesiones detectadas de golpes coincidirían con la tortura para que confesaran dónde guardaban los billetes.
Desde su primera declaración, el joven hijo de la pareja, que residía con ellos, dejó algunos “puntos ciegos”, como ser los horarios.
Dijo que se fue de la vivienda familiar a las 19.30 del sábado y regresó a la 1.30 del domingo, cuando halló los cuerpos sin vida de sus padres. En su coartada pudo confirmar dónde estuvo desde las 22 en adelante, pero habría más de dos horas que no supo justificar su paradero.
El último contacto telefónico vía Whatsapp que tuvo Hilario fue con un pariente, confirmando que iba a estar presente el domingo al mediodía en una fiesta por el Día del Jubilado. Ese mensaje fue enviado a las 20 del sábado.
La casa del paraje “Las 500”, como se informó oportunamente, fue registrada por peritos en criminalística quienes encontraron una huella de calzado similar al de Alejandro Kirschner sobre la cama del matrimonio masacrado.
Si bien el individuo habría alegado que “fue para tomarle el pulso a su padre cuando lo encontró sin vida”, pareció poco probable la coartada.
El otro punto considerado para la acusación en el expediente, fue que en toda la vivienda no se encontraron huellas digitales ni otro rastro de personas ajenas a los tres integrantes de la familia Kirschner.
El 23 de enero de 2020, el juez Brites firmó la prisión preventiva para Alejandro Kirschner, luego de analizar numerosos indicios y lo imputó por “doble homicidio doblemente agravado por el vínculo y uso de arma de fuego”.
Circunstancias
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, al momento del presunto parricidio, Hilario miraba televisión mientras su pareja cocinaba la cena. En ese momento irrumpió el agresor armado y los obligó a ambos a dirigirse al cuarto matrimonial, donde fueron golpeados y les efectuaron dos disparos a cada uno.
La vivienda fue revisada hasta el último rincón por quien o quienes apretaron el gatillo. La única habitación intacta, sin rastros de desorden era la del hijo de las víctimas, Alejandro.