Ricardo Resler (35) salió de la casa de su hermana, ubicada en el lote 62 de esta localidad, el lunes 28 de diciembre de 2020. “Voy a ver si vendo mi terreno en Colonia Isolina”, le dijo a Rosa Resler (38) y fue la última vez que lo vieron sus familiares. Desde entonces, nada se sabe de su paradero y condición.
Pronto serán dos años de su desaparición y por ello PRIMERA EDICIÓN dialogó con Rosa, quien fue la única persona que insistió en que no cese su búsqueda y la investigación del caso.
“Un jefe policial de la Unidad Regional II de Oberá me dijo que por dichos de un testigo a mi hermano le pegaron y lo arrojaron al arroyo Tacuarita, que pasa por su propiedad, en Colonia Isolina”, afirmó la mujer.
Para Rosa, este fue el único dato que le dieron las autoridades, que si bien en un principio se comprometieron en investigar, pasado un tiempo quedó en la nada.
“Regresé para hablar con ese mismo policía y ya no estaba en la unidad, porque lo trasladaron. Cuando lo llamé por teléfono me dijo que otros efectivos iban a seguir con el caso de mi hermano, que no me preocupara. Es todo lo que sé y nunca más se comunicaron conmigo y tampoco me enteré que este testigo haya declarado ante la Justicia”, afirmó Rosa.
Un largo peregrinar
La familiar de Ricardo Resler contó que quince días antes de desaparecer, “le dije a mi hermano que se venga a vivir conmigo porque lo noté mal, no se alimentaba bien y no descansaba. Estaba como abandonado en su casa de Colonia Isolina, algo extraño ya que él cobra su pensión y se maneja bien”.
Agregó que “ese 28 de diciembre se fue con la idea de vender su terreno, su casa, concretamente ver si eso era posible y conseguir un comprador. Estaba entusiasmado, su salud había mejorado y estaba de buen ánimo. Él quería ir y volver. Pasaron los días y no tuvimos noticias suyas, pero al cumplirse una semana me fui a la comisaría de Colonia Alberdi y notifiqué de lo que estaba pasando. Me contestaron que no me preocupara, que ya iba a aparecer y recién denuncié formalmente su desaparición 14 días después en esa misma seccional”.
Los efectivos buscaron en Colonia Isolina, a unos 16 kilómetros de Alberdi, y en las zonas aledañas, pero no surgió nada de los rastrillajes.

Pasaron los meses y a finales de marzo Rosa decidió viajar a San Ignacio. “Mi hermano tenía un conocido por allá e incluso hubo gente que nos dijo que lo vieron, por las dudas estuve averiguando en esa localidad, pero no conseguí otros datos. También hice la denuncia en la comisaría de ese pueblo. Pero lamentablemente no hubo novedades”, expresó.
Fue entonces que se dirigió a la Unidad Regional II, en Oberá, para hacer otra presentación penal.
“Tenemos novedades”
“Estaba desesperada y por eso fui a la unidad obereña a hacer otra denuncia. Pasaron los meses y en eso me llama un jefe de ese lugar y me dice ‘tenemos novedades de tu hermano. Un ciudadano comentó que a él lo golpearon y lo arrojaron al arroyo Tacuarita’. Pasó otro período de tiempo y un día me voy a la unidad y me dicen que ese jefe ya no estaba. Lo llamo y me dice ‘mire señora, no le puedo seguir ayudando porque me trasladaron, pero quédese tranquila porque la investigación sigue’. Eso fue todo”.
Para la mujer es llamativo que la Policía no siguió esa pista del supuesto accionar criminal contra su hermano y que tampoco se sepa quién fue la persona que habría aportado el dato. “Creo que deben seguir investigando, no puede ser que nadie sepa dónde está mi hermano”, manifestó.
“No pierdo las esperanzas de encontrarlo. Él padece retraso madurativo y es una persona que no es conflictiva ni de meterse en problemas, un chico muy querido en nuestra comunidad, que se maneja solo. Nunca le hizo daño a nadie y resulta impensado que alguien quiera hacerle daño”, describió.
Por otra parte “sabemos que el terreno que era de su propiedad no lo habría vendido, porque nadie se presentó a reclamarlo, si tenía dinero era de su pensión, pero nada más”, remarcó Rosa.
Ricardo Resler es de tez morena, mide 1,70 aproximadamente de estatura, tiene cabellos castaños oscuros y ojos marrones.
Al momento de ausentarse vestía chomba mangas cortas de color azul y pantalón tipo buzo del mismo color.