El expediente a punto de cumplir nueve años por el femicidio de Marina Da Silva, cuyo cuerpo fue hallado golpeado dentro de un pozo de agua del paraje Nemesio Parma, cerrará por relevancia la agenda 2022 de debates del Tribunal Penal 2 de Posadas.
Fue ratificado, durante las últimas horas, el lunes 5 de diciembre como fecha de inicio del juicio y se pautaron cinco audiencias para resolver la causa ante los camaristas César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Carlos Jorge Giménez y el fiscal Vladimir Glinka.
El debate guarda cuatro sillas de acusados: el concubino de la joven de 19 años masacrada a golpes, Franco Ramos y un amigo de éste, Alejandro “Pili” Da Silva. Además de Juan Ángel Portal, presunto amante de víctima fatal y Omar Rito Ramírez, dueño de una olería en la que trabajaban los involucrados. Todos acusados por el delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”.
El caso posee detalles complejos y se estima de intensas discusiones y tampoco se descartan giros drásticos en el análisis de la prueba.
Marina Da Silva desapareció el jueves 19 de diciembre de 2013 y su cuerpo fue encontrado en un pozo con agua, de diez metros de profundidad, el último día del mismo año en un predio de Campo Bauer, en Nemesio Parma. Dos años después la fiscal de Instrucción 7, Patricia Inés Clérici, requirió la elevación de la causa a debate oral y público.
La instrucción del expediente correspondió al juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, quien dispuso la excarcelación de Da Silva, Ramírez y Portal porque los investigadores tuvieron acceso a una carta que el concubino de Marina envió a un amigo con detalles de lo que debía declarar en sede judicial.
Franco Ramos se convirtió entonces en el único detenido de la causa pero la fiscal mencionada solicitó que todos vayan a juicio oral y público para que, en esa instancia, se establezca la responsabilidad de cada uno de los sospechosos.
Fractura de cabeza
Vale recordar que los resultados de autopsia determinaron que Marina murió por la fractura de cráneo con un objeto romo y contundente.
En la vivienda donde Marina Da Silva convivía con Ramos los peritos policiales y de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) detectaron restos de sangre en un balde y en varias prendas de vestir.
Ramos es apuntado por los familiares de la víctima como el autor. Ellos sostienen que el muchacho la ultimó porque descubrió que le era infiel.
Una versión indicó que la joven habría participado en una fiesta en el predio donde funcionaba la olería, propiedad de Ramírez y que el homicidio habría ocurrido en ese contexto.
En diciembre de 2014, los investigadores accedieron a un escrito presunto de Franco Jesús Ramos desde la cárcel a un amigo detallándole lo que debía decir en estrados judiciales para aliviar su situación procesal. Tras ser descubierto, el testigo aclaró la intención del acusado.
Por los plazos de prisión preventiva vencidos, también Franco Ramos fue excarcelado. Pero el 2 de junio de este año fue detenido nuevamente.
Peritos de la SAIC e investigadores de la Dirección Homicidios de la Policía ubicaron el teléfono celular de la taxista Claudia Elizabeth Benítez (32), asesinada y también arrojada a un pozo de Parma en mayo pasado, y determinaron que fue vendido por Ramos.
El teléfono en las manos de “Jesús”
Un celular intercambiado por otro de menor valor y seis mil pesos en efectivo, fue el dato que los investigadores de la Dirección Homicidios obtuvieron y que derivó en la detención de un segundo sospechoso por el femicidio de Claudia Elizabeth Benítez. Franco Jesús Ramos fue aprehendido el 2 de junio de este año en una vivienda del barrio Sol de Misiones II.
Volvió tras las rejas imputado de participar en el asesinato de la taxista de 32 años, ultimada a puñaladas y arrojada en un pozo de siete metros de profundidad en una propiedad abandonada de Nemesio Parma, detrás del Parque Industrial.
Peritos de la SAIC comunicaron al juez Miguel Mattos que el IMEI del teléfono que poseía Claudia Benítez, un Samsung Galaxy A12, se activó con otra línea, por lo que identificaron al titular de la nueva cuenta y procedieron al rastrillaje.
Efectivos de Homicidios dieron con el poseedor del celular en proximidades al barrio mencionado. No se resistió y dijo quién le vendió el teléfono: “Jesús”. Pocas horas después, y en su casa, fue atrapado Franco Jesús Ramos, uno de los acusados de matar y arrojar a un pozo, entre el 18 y 31 de diciembre de 2013, a Marina Da Silva.