Hoy domingo 27 de noviembre comienza el Adviento, personalmente la llegada del Adviento es perfume de jazmines habitado por el misterio, la confianza renovada y la magia de la Navidad.
Si bien cada persona elige vivir la Navidad desde donde quiere, este momento del Adviento, acompañado de cierre de ciclos y balances me lleva a querer bajar el ritmo y mirar hacia adentro.
En esta etapa del año me permito salir del modo “hacer” y pasarme un poco más al modo “contemplación”. De esta manera aparecen nuevas cosas, preguntas profundas y poderosas, espacios que a veces desesperan, agradecimiento, misiones cumplidas, proyectos nuevos, todo eso teñido de conexión con Dios.
Los invito a aprovechar este tiempo tan especial de preparación espiritual y reflexionar sobre el “para qué”. A veces, en la vorágine diaria, hacemos y hacemos sin detenernos a significar. Descubrir los “para qué” renueva energías y sentido para continuar.
Un ritual hermoso para acompañar la reflexión en estos días es la Corona de Adviento.
Esta corona tiene cuatro velas que se encienden progresivamente, cada uno de los domingos hasta la Navidad.
A cada una de las velas se le asigna una virtud o propósito para considerar, reflexionar y progresar cada semana.
La forma circular de la corona significa que no tiene principio ni fin, como el amor divino, la luz de las velas simboliza la luz de Jesús, mientras que el color verde de las ramas representa la esperanza y la vida.
Te invito a hacer este recorrido, sin estrés, como puedas. Corrernos por un momento del tiempo “habitual” y encontrar ese espacio de conexión espiritual renueva la fuerza y las ganas de vivir. Te invito a renovar tus “para qué” y elegir una virtud sobre la cual reflexionar cada domingo de estos cuatro para llegar a la Navidad.
La dimensión espiritual es constitutiva de la condición humana, hacé espacio, regaláte un ratito en el que te animes a estar con vos mismo desde la compasión y el amor. Dios habita en cada detalle y está siempre.
El Adviento es tiempo de conversión, esa que tiene que ver con la transformación interior de cada persona. La manera de sanar es mirar con amor.