Por: Manuel Jaramillo
Director general de la Fundación
Vida Silvestre Argentina.
En los últimos años, debido a algunas situaciones que nos tocaron vivir como sociedad, parece que de alguna manera hemos comprendido el vínculo inseparable que existe entre las personas y la naturaleza. En este contexto nunca está de más recordar que nuestra selva misionera alberga poco más el 50% de la biodiversidad del país, ofrece paisajes y escenarios naturales únicos en el planeta, y servicios ambientales que son fundamentales para las personas y comunidades.
Misiones cuenta con un Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas que es ejemplo a niveles nacional y regional, mediante la cual se conserva una superficie muy importante del Bosque Atlántico del Alto Paraná. Sin embargo, esta región ecológica, compartida con Brasil y Paraguay, es una de las más amenazadas del planeta.
Este año, desde la Fundación Vida Silvestre Argentina, estamos celebrando los 25 años de la Reserva de Vida Silvestre Urugua-í. Se trata de un área protegida privada que Vida Silvestre administra desde su creación, en 1997. Allí conservamos 3.243 hectáreas de monte nativo y a lo largo del tiempo, diversos investigadores lograron a registrar más de 335 especies de aves, 32 de anfibios, 77 especies de mamíferos -entre los que se destacan el yaguareté, el puma y el tapir-, 29 especies de peces y más de 29 de reptiles.
Un dato que pone de relevancia su aporte surge del monitoreo constante con cámaras trampas, con las que logramos constatar la presencia de seis yaguaretés -cuatro adultos y dos cachorros- en poco más de dos semanas. Estos registros son una muestra de que los esfuerzos de conservación valen la pena. La presencia del yaguareté, especie en peligro de extinción en nuestro país, refleja la buena salud del ambiente, el buen estado de conservación del monte y su biodiversidad.
La Reserva de Vida Silvestre Urugua-í fue creada con el objeto de proteger los meandros del arroyo Urugua-í que no habían podido ser incluidos en el Parque Provincial Urugua-í, cuando se decidió su creación en compensación por la construcción de la represa hidroeléctrica sobre el arroyo homónimo. La cuenca del arroyo Urugua-í es la mayor cuenca hídrica interior de la provincia de Misiones y eso le brinda características particulares, como la presencia de una importante cantidad de endemismos.
Desde Vida Silvestre apostamos a una alta efectividad de manejo de esta área protegida privada, una efectividad que se pueda medir y monitorear. Allí contamos con un equipo de agentes de conservación que realizan diversas tareas de mantenimiento, y contamos con infraestructura ideal para el desarrollo de capacitaciones e investigaciones científicas. De hecho, en la Estación Biológica se vienen desarrollando de manera sostenida trabajos de monitoreo sobre peces, aves, mamíferos, mariposas, arañas y otros grupos. Incluso, se han descubierto especies nuevas y muchas endémicas, es decir, que están únicamente en la cuenca del arroyo Urugua-í.
Sin embargo, estamos convencidos que la conservación de la selva misionera es una tarea, un desafío y una responsabilidad de toda la sociedad. La Reserva Urugua-í no contaría con la biodiversidad que registramos sin el Parque Provincial Urugua-í y todo el esfuerzo que realizan los guardaparques provinciales del Ministerio de Ecología.
No sería la misma, sin el compromiso de los propietarios de la Reserva Rubichana y otras reservas privadas, también lindantes a Urugua-í, o el área “Campo de los Palmitos” que conserva la empresa Arauco Argentina.
Conservar el monte, la cuenca del arroyo Urugua-í y todos los beneficios que el ambiente nos provee también se logra trabajando junto a las vecinas y vecinos de las colonias Nueva Argentina y Lannuse, y del Paraje San Lorenzo. Es posible mediante el constante intercambio y diálogo con las empresas forestales que intervienen en el territorio.
Es por ello que en los últimos años también hemos iniciado ese camino, extendiendo el trabajo de conservación hacia la comunidad, poniendo en valor de manera conjunta y colectiva, los recursos naturales que son el sustento de todos y todas.
Las amenazas son varias y los desafíos muchos. Sin embargo, el compromiso es aún mayor.