Un equipo interdisciplinario integrado por investigadores de la UNNE y Conicet consideró viable impulsar un proyecto para desarrollar un snack a base de pulpa de frutilla y mango “criollo”, dos frutos que se producen en la región del NEA, adicionados con extracto enriquecido en cannabidiol (CBD).
Para ello, se trabajará con plantas de cannabis sativa producidas en la región. Se cuantificará el contenido en los principales cannabinoides, THC y CBD, y se extraerán los principios activos con solventes para optimizar el proceso. Luego, se enriquecerá el extracto de CBD que será utilizado en la elaboración del snack.
Tendrán el aspecto de hojuelas deshidratadas.
Sonia Sgroppo, directora del proyecto, explicó que el mango criollo y la frutilla son frutos que tienen un buen sabor y contenido de azúcares, pectinas y otros compuestos bioactivos, por lo que son apropiados para la elaboración de snacks dulces.
Incluso, podrían utilizarse los frutos que son descartados en el mercado en fresco por no reunir los requisitos de calidad para su venta como tales, de manera de crear así una alternativa para su aprovechamiento.
Por otra parte, en el país, la mayoría de las personas que consumen cannabis por motivos medicinales lo hacen a través de la ingesta directa de los extractos. Por lo tanto, la posibilidad de ofrecerlo en forma de snacks representaría una nueva forma de consumo.
Se denomina “Cannabis para uso medicinal”, “Cannabis con fines medicinales” o simplemente “Cannabis medicinal” a la planta que sintetiza principios activos con acción farmacológica, los cuales están ubicados en los tricomas glandulares.
Varios de estos componentes cannabinoides tienen reconocidos efectos positivos ante el dolor, la epilepsia refractaria, la esclerosis múltiple, la anorexia, los desórdenes de alimentación y del sueño, la ansiedad, el síndrome de Tourette, la esquizofrenia, el Alzheimer, Parkinson, entre otras enfermedades.
A la vez existen informes de la posible actividad antinflamatoria y antioxidante de los flavonoides y del efecto modulador de la acción de los cannabinoides debido a las cannaflavinas A y B.
Legislación
Respecto a la actualidad del uso del Cannabis medicinal, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los productos que contienen predominantemente CBD y no más del 0,2% de THC no representan un riesgo relevante para la salud pública por lo que no deben estar bajo control internacional.
Mundialmente el Cannabis medicinal avanza hacia la legalización, y está habilitado en más de cuarenta países y varios estados en Estados Unidos. En marzo de 2020, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) anunció que considera cambiar la normativa para habilitar legalmente los productos que contienen CBD en alimentos.
Mientras tanto, en la Argentina, en el año 2017, fue aprobada la Ley 27.350 de “Investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados”, dirigida a fomentar el desarrollo de investigaciones en torno al uso terapéutico del cannabis y sus derivados, y cuya autoridad de aplicación es el Ministerio de Salud de la Nación.
Potencial de transferencia
“Es altamente probable que los estudios que se realicen o surjan a partir de esta propuesta impacten positivamente en la sociedad”, estiman los integrantes del proyecto, y destacan que trabajando en conjunto lograrán la consolidación y el fortalecimiento de los grupos de investigación involucrados.
Para los investigadores, el conocimiento adquirido con la ejecución del proyecto permitirá brindar acompañamiento y asesoramiento a las personas, asociaciones e instituciones autorizadas que actualmente elaboran en forma artesanal los aceites medicinales, con el riesgo que implica la ausencia de control de proceso y parámetros de calidad.
Asimismo, y a pesar de que aún no hay legislación en el país al respecto, el desarrollo de un snack frutal a base de mango o frutilla adicionado con cannabis con alto CBD puede ser atractivo para las personas que necesiten consumir productos de estas características, a la vez que podría representar una mejora en la economía regional una vez que se regule la actividad.
También se mejorarían las condiciones ambientales al disminuir los desechos de las frutas de descarte. De esta forma, se lograría una valorización de estos frutos cuidando el medio ambiente que favorecería el desarrollo de las economías regionales, atendiendo, en un futuro no muy lejano, las necesidades del mercado.
Investigadores responsables
La doctora Sonia Sgroppo, investigadora responsable del proyecto, es profesora titular del Área de Bromatología de la carrera de Bioquímica de FaCENA-UNNE. Es directora del Grupo de Investigación en Ciencia y Tecnología de Vegetales (GICYTV), en el cual se llevan a cabo estudios de investigación básica y aplicada dirigida al manejo poscosecha de vegetales y la aplicación de tecnologías de conservación a frutihortícolas y sus productos derivados, impacto en el contenido de bioactivos y en la calidad (funcional, nutricional, organoléptica y microbiológica) de los productos.
La doctora Ana María Torres, co-directora del proyecto, es profesora titular de Toxicología de la carrera de Bioquímica de FaCENA-UNNE y directora del Grupo de Investigación en Productos Naturales (LabProdNat), posee vasta experiencia en el estudio de plantas medicinales, extracción, purificación, detección y separación de metabolitos secundarios activos como antioxidantes, antibacterianos y alexitéricos.
En tanto, el doctor Mario Raúl Delfino, subdirector del proyecto, es profesor titular de Química Analítica III de FaCENA-UNNE, miembro del Grupo de Investigación de Unidad de Control de Fármacos y Tóxicos, y realiza, desde hace más de diez años, servicios de control de calidad y desarrollo analítico para la Planta de Medicamentos de la provincia de Corrientes.