Un hombre muerto dentro de una vivienda y su esposa que avisó a la policía acerca de la presencia de un sospechoso que habría sido el autor del hecho. La primera hipótesis fue la de un robo pero luego todo apuntó a la concubina como la autora. El expediente sobre el caso está próximo a ser cerrado y la mujer de 57 años está más cerca de ser juzgada por el hecho.
Este Diario pudo saber de fuentes consultadas que el Juzgado de Instrucción 2 de Jardín América, a cargo del magistrado Roberto Sena, remitió a la fiscalía el expediente para que opine si se requerirá la elevación a juicio con todas las pruebas ya recabadas o si es necesaria alguna medida más para clausurar la investigación.
La mujer enfrenta la acusación de “homicidio calificado por el vínculo” por el crimen de Mario Miguel Stasiak (56), pero no se descarta que la defensa de la imputada apele la elevación, puesto que desde un principio planteó que el homicidio ocurrió en el uso de la “legítima defensa”, algo que no prosperó hasta el momento porque para el juez no había elementos que hicieran suponer esta hipótesis. Sí se habló que la mujer podría haber sido víctima de maltratos.
Según datos recabados durante la investigación, tenían problemas de pareja de vieja data presuntamente porque el hombre habría tenido otra relación y un hijo fruto de ella, hecho que se podrá confirmar cuando el caso se ventile en debate oral y público.

El caso ocurrió en Colonia Tacuara, en cercanías del cruce de las rutas provinciales 5 y 6, el 16 de julio de 2021 en horas de la noche. Ambos eran agricultores y Mario Stasiak había salido a entregar frutas y hortalizas a bordo de su camión. Siempre lo hacía en compañía de su ayudante. En esa oportunidad, dejó al peón en su vivienda y regresó a su domicilio, pero cerca de las 23. La tardanza de una dos horas respecto al horario habitual en el que volvía habría desatado la última discusión.
En la zona se escucharon tres disparos y el hijo de ambos que vivía en una casa ubicada en el mismo lote rápidamente fue a ver que había pasado. Su madre le dijo que vio a un hombre con ropas oscuras que escapaba de la casa. Stasiak estaba sentado en un sillón con tres tiros. Uno le dio en el cuello con salida en el rostro, otro en el costado izquierdo del pecho y el último en un muslo.
El hijo de ambos llamó a la policía y en los primeros datos que recabaron los investigadores fue el testimonio de la mujer, quien dijo que se habían llevado 60 mil pesos que tenía en un placard. Hasta ese momento la hipótesis principal era la del robo, pero cundo los efectivos revisaron la casa hallaron una billetera de cuerina con 12 mil pesos, hecho que comenzó a poner en duda el relato de la mujer.
Por cuestiones de rigor a la concubina le realizaron una prueba de parafina en sus manos. Esta dio positivo ante la presencia de pólvora. La pesquisa giró rápidamente y apuntó a ella como la autora. La supuesta arma utilizada calibre 22, fue encontrada dentro de una cocina a leña en desuso que estaba dentro de la vivienda.
Estuvo detenida en una celda hasta mediados de noviembre del año pasado. A la imputada le fue dictado el beneficio de la prisión domiciliaria, a causa de problemas de salud crónicos que acarreaba.