En realidad el tiempo lineal no existe; es solo una percepción. Puedes percibirlo lento o rápido, o hacerlo desaparecer. Sin embargo, de acuerdo a tu percepción del tiempo proyectas cosas en tu vida como por ejemplo, la vejez.
Observas el aparente paso del tiempo y manifiestas exactamente lo que crees que debería suceder ante ese transcurrir temporal.
Si yo decidiera que el tiempo no influye en lo más mínimo en mi cuerpo físico, la vejez no existiría en mi vida; porque no permito dicha percepción.
Por eso, desde muy joven yo no digo mi edad.
Tuve la suerte de nacer en una familia italiana donde mi padre y mi madre nunca expresaban cuántos años tenían. Y no porque me dé vergüenza mi edad, sino que no permito que la percepción del tiempo en mi cuerpo físico me afecte.
Escucho a muchas personas decir: “Ya estoy muy viejo para hacer eso”. Es una frase fatal porque no existe el tiempo si tú no entras en él.
Si dices: “Ya no tengo edad para esas cosas”, lo que provocas es que ocurra precisamente eso y ya no puedas hacerlas.
Sal del tiempo lineal porque todo ocurre según la mirada del observador en el campo cuántico. Si para mí el tiempo no transcurre, puedo cambiar las estructuras de mi cuerpo físico, o de cualquier cosa.
Puedes regresar a una escena que te haya desagradado, y rediseñarla con tu observación en el campo de las infinitas posibilidades.
Puedes rediseñar un acto que te haya molestado, dolido o dañado; un acto que haya sido para ti muy influyente. Puedes cambiarlo por completo modificando la observación que has sostenido hasta ahora y neutralizando esa memoria que está grabada en el pasado. Yo estoy todo el día trabajando con mi mente, manteniéndome en mi presente con frecuencias altas y rediseñando el pasado inestable.
En muchos casos ese pasado es dañino como consecuencia de la Ley de Causa y Efecto. La causa está en el pasado y el efecto lo encuentro en el futuro; pero si entro en este pasado inestable, entro en la causa y puedo evitar el efecto. Para hacerlo tengo que adelantarme a esas causas, por eso es muy importante regresar mentalmente a una escena desfavorable y rediseñarla.