El lunes 14 de marzo del año pasado la guardia de la comisaría Tercera de Posadas se percató en su requisa o recorrida vespertina, que un barrote de ventiluz a más de tres metros de altura en un pabellón de detenidos estaba forzado y roto y que faltaba, nada menos, que uno de los “condecorados” como experto en planificar y ejecutar millonarios robos en viviendas y comercios.
Leonardo Fabio Martínez, nacido y criado en la zona sur de Posadas, volvió tras las rejas ayer, a pocos días de cumplirse diez meses de su fuga de la seccional de la avenida Uruguay y calle Ambrosetti. Lo atrapó la Policía Nacional de Paraguay, tras la orden del fiscal Edgar Villaverde y la jueza de Garantías de turno, Gillian Raquel Espínola.
Sus andanzas no fueron pocas y ya lo denominaban como “El rey del hurto”. Lo persiguieron durante varias semanas por asolar con una seguidilla de golpes casas suntuosas de Encarnación. Pero no sólo allí, en otros distritos como Cambyretá, comprendida también por el departamento Itapúa, registró atracos.
Tras su escape de la comisaría de la Unidad Regional I de Misiones, fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN en el vecino país comentaron que se sumó o armó una nueva gavilla para continuar con su especialidad. Tres paraguayos son buscados ahora como sus compañeros de robo, pero con la particularidad que cada vez que cometían un golpe, cruzaban el río Paraná para gastar el dinero y reducir los objetos, ocultarse y volver a robar y trasponer la frontera.
“Si ya en 2022 se lo consideraba el mejor en los delitos ‘escruche’ (ingresar a viviendas y comercios, forzando rejas, ventanas o abrir boquetes), durante el tiempo que estuvo evadido se habrá ‘doctorado’”, comentó con ironía una de las fuentes policiales.
Sospechas
La fuga de Martínez se descubrió a las 19 del lunes 14 de marzo de 2022 y desde ese momento se desató la polémica porque no sólo se concretó la evasión, también se caldeó la sospecha que el mismo procesado en catorce causas por robo hasta ese momento, apenas escapó ya barajaba los datos precisos y no demoró en cometer un nuevo delito contra la propiedad.
Se trata de un sospechoso actualmente imputado en los cinco juzgados de Instrucción Penal de Posadas, por hurtos y sustracciones cometidas.
El 11 de agosto de 2021 fue alojado en la seccional de la que escapó seis meses después. Lo habían detenido por tres robos cometidos en comercios y hogares. Pero para ese momento, ya arrastraba imputaciones en once casos más.
Entre las causas por las que debía permanecer bajo arresto en Posadas se destacan tres robos: uno en marzo de 2021 en un local de la calle Entre Ríos al 1900, con expediente en el Juzgado de Instrucción 1. Otro en una casa de tapicería de la avenida Francisco de Haro al 4500, con causa abierta en el Juzgado de Instrucción 7 y una ropería de la avenida López y Planes al 3200, que instruye el Juzgado 1. En este último caso, Martínez habría hurtado 170 prendas de vestir.
Se pudo establecer que la fuga de Martínez se produjo en un pabellón donde estaban alojados ocho detenidos y que la ausencia fue descubierta en el relevo de guardia a la hora mencionada. No se pudo determinar aún si las requisas previas se hicieron o no, por lo que se sospecha que varias horas antes, más de doce, se concretó el escape.
La comisaría Tercera fue intervenida y se abrieron sumarios que finalizaron pocas semanas después en el relevo de todas sus autoridades. Fue la única reacción que se obtuvo y la que habría bajado la temperatura en torno a las versiones que apuntaban que el escape tuvo complicidad mayor.
De la búsqueda y pesquisa para atraparlo nuevamente no hubo detalle preciso ni se profundizaron las versiones de que había cruzado a Encarnación. No sólo las sospechas eran ciertas, también la presunción que seguiría con su supuesta especialidad delictiva circulaba con el mismo peso.
Exconvicto
Martínez en mayo de 2009 fue condenado por el Tribunal Penal 1 de la Primera Circunscripción Judicial a ocho años de prisión por asaltar a una familia en Posadas.
Firmó un acuerdo de juicio abreviado por “robo calificado por el uso de arma de fuego y robo calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa y portación ilegal de arma de guerra en concurso real”.
Se trató de un atraco a una vivienda de calle Herrera en junio de 2005, pero fue capturado en septiembre cuando volvió a intentar robar en el barrio de Villa Sarita. En esta oportunidad fueron las víctimas quienes lo persiguieron y ayudaron a la policía a descubrirlo escondido entre macetas de un jardín de la zona.