Un suboficial de la Policía de Misiones permanece detenido y alojado en la comisaría Primera de Puerto Rico tras haber atacado y lesionado a su pareja durante la noche del sábado pasado frente a la vivienda que compartían en El Alcázar.
El efectivo policial tuvo que ser reducido por sus propios camaradas y compañeros de servicio en la comisaría de la localidad respectiva, luego de que se opuso al procedimiento tras el alerta de los vecinos que oyeron los gritos de la víctima y lograron, tal vez milagrosamente, que el agresor no la lastimara de gravedad extrema con una pala de albañilería.
El dramático episodio de violencia de género no sería el primero protagonizado por este uniformado, quien ya cuenta con antecedentes de denuncias hechas por la misma pareja y en las que se lo señala como irascible incluso con sus vecinos y allegados.
El punto de mayor peligro, según las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, se registró el sábado cuando el agresor regresaba con su concubina y hijos menores de edad en su automóvil de participar en una celebración familiar, el cumpleaños de una de sus hijas.
El suboficial habría vuelto a subir al automóvil en presunto estado de ebriedad y cuando su pareja intentó impedírselo, este hombre de 41 años enfureció en la discusión y comenzó a golpearla para que le devolviera las llaves del vehículo.
Vecinos y víctimas
Los gritos que pedían auxilio fueron escuchados por varios vecinos que llamaron a la comisaría local para que interviniera.
Textualmente, uno de los testigos que dialogó con este Diario, resaltó: “Temíamos que la matara, porque no era la primera vez que la lastimaba a golpes, esta vez al verlo con la pala en la mano y atacándola, pensamos que la iba a matar”. Según otra fuente, la tragedia no llegó a fatídica porque la pala de construcción se quebró y la parte metálica se desprendió del mango. Por lo que mientras la víctima se defendía como podía, las lesiones le alcanzaron al cuello con el tramo de madera de la herramienta.
Con la aparición de los policías y compañeros de tareas del violento, la situación continuó intensa porque el apuntado se negaba al arresto e insistía en que iba a salir con su automóvil.
Una vez que lo redujeron y esposaron, lo condujeron a la comisaría local y para mayor seguridad se lo trasladó a la cabecera de la Unidad Regional IV, la seccional Primera de Puerto Rico. Allí tampoco se habría tranquilizado de inmediato y se negó a ser revisado por el galeno legista de turno. Tampoco quiso que le realizaran el test de alcoholemia.
De todas maneras el oficial de turno constató el aliento etílico y el estado con reflejos coincidentes con la alteración provocada por la ingesta excesiva de alcohol.
No es el primero
De las averiguaciones realizadas por este medio, se pudo saber que el cabo de policía arrastra varios episodios de violencia de género contra su concubina e hijos, que derivaron en incidentes graves y denunciados por sus vecinos.
Principalmente por amenazas de muerte y lesiones de los que fue víctima uno de ellos por intervenir en una oportunidad de tanta gravedad como el que motivó su detención el sábado pasado.
El sumario con las actuaciones de la comisaría de El Alcázar y los registros de la Primera de Puerto Rico, está caratulado como “lesiones agravadas por el vínculo y amenazas”, todos delitos calificados por ser presuntamente cometidos por una funcionario público, en este caso policía provincial.
Se remarcó que los actos de violencia familiar y de género que habría protagonizado y las sanciones disciplinarias que recibió no habrían servido para frenarlo, incluso las suspensiones y que le quitaran el arma reglamentaria, sólo aportaron réplicas de mayor furia contra su pareja e hijos.
Vale resaltar que, mayores detalles de lo ocurrido el 7 de enero, este Diario se reserva informar porque las víctimas permanecen atemorizadas y sin la cobertura de seguridad que les ayude a retomar la paz.
Durante las próximas horas se aguarda que al Juzgado de Instrucción de Puerto Rico que encabeza Leonardo Manuel Balanda Gómez y el fiscal Héctor Simon ingrese el sumario y el detenido pueda ser llamado a indagatoria para responder sobre sus supuestos actos violentos.