Imágenes: Gentileza: Enrique Wojtowichz y Joselo Saravia
Desde comienzos de enero se tomó conocimiento acerca de la nula disponibilidad de alojamiento en las ciudades aledañas a las playas más visitadas del sur de Brasil. Ahora, la situación se mantiene crítica porque un gran número de familias duerme en sus coches a la espera de que se libere algún hospedaje.

Dos son los motivos principales: a pesar de que las inmobiliarias anunciaron con anticipación, en diciembre, que todo estaba cubierto para este mes, muchas personas igualmente decidieron ir, quizá con la idea de que al llegar conseguirían algún sitio. En segundo lugar, hay familias que fueron víctimas de estafas a la hora de reservar por internet, por lo que al arribar a destino se encontraron con que no existía tal alojamiento.
“Esto está pasando puntualmente en Florianópolis, Celso Ramos, Bombinhas, Itapema, Palmas, y en menor medida en Camboriú”, aseguró a PRIMERA EDICIÓN José Luis Saravia, periodista misionero y empresario inmobiliario en Brasil. Se trata de turistas de distintas provincias de Argentina y de los países limítrofes que “están durmiendo en sus autos, con niños y personas mayores, es una situación triste”, lamentó.
El día a día
Saravia indicó que esta situación se observa todos los días desde la primera semana de enero. “Algunos recorren desde temprano a la mañana hasta la noche y vuelven sin encontrar alojamiento disponible. A veces consiguen por una o dos noches, después tienen que cambiarse, algunos lo han hecho hasta cuatro veces, y así cada día es impredecible”, describió.
Si bien la mayoría opta por quedarse para hacer valer el viaje, algunos deciden regresar sin haber disfrutado de las vacaciones que planificaron.
Saturación al 100%
Si bien el empresario mencionó que un antecedente similar ocurrió en 2016, cuando durante varios días muchas familias pernoctaron en sus propios coches, resaltó que este año viajó mucha más gente, y un factor determinante fue la ampliación de la oferta: “En Bombinhas se entregan -en promedio- 1.000 departamentos por año. Por eso en cada temporada vienen más turistas, y según datos oficiales del municipio durante la primera semana de enero ingresaron 400.000 personas, en un lugar donde usualmente habitan 25.000. Eso genera no solo saturación de hospedaje, sino que también se intensifica el tránsito, se llenan de más los supermercados, y lo mismo ocurre en varias actividades”, informó.
Red de colaboración
Saravia relató que todavía hay quienes llegan y “no creen” que la oferta de alojamiento está agotada, “porque años anteriores encontraban cuando arribaban a destino, pero eso cambió, ahora la demanda es notoriamente más alta y eso es algo que hay que entender para ser precavidos”.
Como trabajador del rubro inmobiliario, opinó que “es imposible no tener empatía con familias que están con chicos pequeños en sus autos y sin tener donde dormir”, es por eso que crearon un grupo de Whatsapp en el que constantemente se avisan sobre lugares disponibles, o toman el contacto de los turistas para avisarles si se enteran de algún sitio libre: “Cuando se cancela una reserva por el motivo que sea, a los pocos minutos se alquila nuevamente”.

Entre el caos nunca faltan los oportunistas, y según aportó Saravia “algunas personas que alquilan particular en la calle -no por inmobiliaria- en ocasiones terminan pagando más caro, porque como los ven desesperados les aumentan los precios y suelen cobrarles hasta el doble”.
Si bien la mayoría opta por alojarse cerca de las playas más concurridas, “ahora a muchos ya no les importa tanto la distancia, sino encontrar un lugar donde dormir, entonces parten hacia ciudades vecinas que, si bien no tienen playa, cuentan con disponibilidad de hospedaje”, aclaró.
Ante la constante demanda, relató que también varias familias locales se mudan a las casas de sus parientes por la temporada y acondicionan sus departamentos para ponerlos a disposición de los turistas que buscan con urgencia un alquiler.
En cuanto a las estafas, el empresario alertó que “son muy comunes” y recomendó asegurarse de que se trate de una página confiable, además de no dejarse seducir por anuncios con precios tentadores: “Muchos no corroboran, y depositan a ciegas. Después, cuando llegan a destino se enteran que el lugar que reservaron no existe, y al intentar contactarse con los responsables no obtienen respuesta; tampoco tienen un lugar físico dónde reclamar”, apuntó, según los casos frecuentes.
Otras alternativas para quienes no consiguen alojamiento
Generalmente cuando cambia la quincena de la temporada de enero y se produce el recambio turístico, se liberan varios alojamientos, pero “eso no ocurrió este año”, apuntó Saravia.
“La gente nunca se imaginó que esto podía pasar, ni nosotros. Es verdad que muchos venían años atrás, recorrían y conseguían, pero esta vez no hay y la situación es diferente”.
Por este motivo, el empresario inmobiliario informó, a modo de recomendación, que una buena opción es cambiar de planes y viajar hasta las playas que son menos concurridas.
“San Francisco del Sur tiene playas también y son muy lindas. Hasta el momento no tuvimos noticias de que haya problemas de saturación de alojamiento”. Mencionó que Penha, Piçarras, y Barra Velha son playas que actualmente reciben turistas pero que tienen disponibilidad sin mayores inconvenientes.
“Quizás no son playas tan conocidas como las demás, pero por ahí para las familias que ya están acá y no consiguen hospedaje, sería una buena alternativa cambiar de destino por este año y conocer estos lugares que están solo un poco más al norte”, sugirió Saravia.
¿Y febrero?
El entrevistado anticipó que para la primera quincena del segundo mes del año las reservas están completas.
Sin embargo, dijo que para la segunda quincena, después del 20, hay mayor disponibilidad: “Es otra opción, viajar en ese mes y con mayor seguridad”, aconsejó.