Nacido el 3 de octubre de 1932, en Santa Inés (Garupá), Otto Pigerl se recibió de médico en 1967 en la UBA y se instaló en Santo Pipó.
Don Otto nunca supo de impedimentos para atender a los pacientes que llegaban a su primero modesta y luego moderna clínica emplazada sobre la ruta nacional 12, tuvieran o no dinero. Los inicios no fueron fáciles pero el galeno afrontó la realidad con un “tremendo optimismo”.
A lo largo de su vida cosechó numerosos reconocimientos profesionales por su entrega desinteresada al cuidado del paciente y los miles de misioneros que trajo al mundo. Fue distinguido por el Colegio de Médicos de Misiones y nombrado como ciudadano ilustre por la Municipalidad de Santo Pipó.
Pero los premios más grandes los recibió en el amor de su compañera de toda la vida Irma Storti y madre de sus hijos Dante, Alan y Heno; y de sus doce nietos.
Cuando sus hijos comenzaron a crecer, se introdujo de lleno en lo que fue su gran pasión: el fútbol. De hecho, su nombre quedará ligado eternamente a la historia y los colores del club Tigre de Santo Pipó.