La realidad económica por la que está atravesando el país está modificando las formas de consumo de la gente. Al respecto, sostienen que regresó el fraccionamiento de los productos para que los consumidores los puedan adquirir y el fiado.
Al respecto, el titular del Centro de Almaceneros, Ismael Ortigoza, en diálogo con Radio República, contó que hace alrededor de 50 años que se desempeña en el rubro y que ahora está volviendo a viejas épocas, “fracciono, porque a la gente no le alcanza para nada”.
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Al mismo tiempo que afirmó que en la capital misionera también sucede lo que plantea el presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, Fernando Savore, quien sostiene que el día 15 ya se le acabó la plata al laburante.
“Cada año estamos juntos con la comisión de almaceneros y tiene toda la razón del mundo. La gente llega a mitad de mes y se queda sin dinero”, remarcó Ortigoza.
A lo antes expuesto se suma que “estamos en pleno auge de la libreta. Yo llegué a tener 55 libretas (haciendo referencia a los clientes a los que les entregaba mercadería fiado) y ahora tengo 5, de clientes antiguos, que no se les puede decir que no, pero la situación está muy mal”, insistió e invitó a que comprueben la realidad estando medio día en el local, “lo que se vive día a día en el almacén para ver la necesidad que hay”.
Desde el sector que le toca representar, Ortigoza se comprometió “a trabajar para ir hacia adelante y nosotros los almaceneros estamos para eso dispuestos, a ayudar a la gente, a nuestros vecinos pero cada vez está más difícil, aunque estamos acostumbrados”.
Como ejemplo, el almacenero contó que “hay gente que no puede comprar una botella de aceite, entonces le doy un cuarto de grasa o por los 20 pesos, así también el fideo spaguetti, el almidón que está carísimo, harina, todo lo que se pueda fraccionar, se hace. Es lamentable pero es así es la situación”.
Fiado
El pedido de “abrir libreta” también está al orden del día. “Hay gente que está dispuesta, que viene y lleva un kilo de azúcar o todo lo que necesita. Se le anota pero cuando llega fin de mes, recién se le pone el precio. Si no es imposible”, cuestionó.
Por este panorama que se está viviendo, “la gente vive al día. Antes compraba para la semana, quincenal y hasta mensual, con todo lo básico”, precisó. Además detalló que disminuyó 30% la venta de carne y la gente reemplaza por “fiambre, chorizón u otra cosa. Hay clientes que dejan ropa o calzados en buen estado para que les venda en el almacén o a veces hacemos trueque, les doy fideo o lo que necesitan. Es caótica la situación pero es la realidad”.
Ortigoza, que lleva medio centenar de años tras el mostrador, aseveró que nunca se atravesó por una situación igual. “En el 2001 estaba difícil pero ahora está inaguantable”.
Competencia desleal
Ortigoza expuso que la mayor competencia para los almaceneros son las casas mayoristas. “Ellos nos hacen una competencia muy desleal. Nosotros vamos y les compramos un pack de azúcar y nos venden a cierto precio, luego a la gente que va y compra, les venden al mismo precio. O sea, que la casa mayorista pasó a ser un almacén de barrio”.
Si bien hicieron conocer su malestar al respecto, el almacenero sostuvo que “no les dan bolilla”.
Insistió que está “muy brava” la situación y que el almacenero de barrio pasa a ser un mago. “Buscamos comprar en conjunto, traer azúcar de Tucumán, pero no hay con qué darle, con los mayoristas no podemos competir”.