El kilo de media res trepó este fin de semana a los $1.000, por lo que se espera que esta misma semana termine de trasladarse casi toda la suba que se vio en el mercado mayorista a las góndolas de los supermercados y a las carnicerías.
Desde que empezó el año, la suba de los precios del kilo vivo en el mercado de hacienda de Cañuelas acumuló un 36%. De $311 a $424 por kilo vivo. De ese total, el traslado de los frigoríficos a las carnicerías fue de 30% en promedio.
El impacto en el índice de precios resulta impactante: por cada 10% que se encarece la carne, el IPC sube un 0,9%. Es decir, aquel 30% -si se mantuviera- implicaría que el IPC registrara una suba de 2,7 puntos en un solo mes.
De acuerdo al relevamiento de la consultora LCG, la inflación de la semana pasada llegó al 2,7%. Fue la peor semana desde septiembre del año pasado, y comparable con lo sucedido tras la eyección de Martín Guzmán del ministerio de Economía.
La inflación de los alimentos, siempre según las mediciones de LCG, acumuló 5,9% en las últimas cuatro semanas.
De confirmarse este registro, está claro que no se está dando el escenario buscado por el ministro Sergio Massa, de mostrar una desaceleración inflacionaria durante esta primera parte del año.
Para LCG, solo la semana pasada, el precio de la carne saltó un 5,3%, mientras que los panificados lo hicieron en un 3,3%. En el caso de los aceites y los lácteos, el aumento promedio fue del 1,9% en una sola semana.
El impacto de las lluvias
La caída de lluvias en las últimas semanas llevó a los ganaderos a realizar una incipiente retención de cabezas en los campos. Una actitud que no habían tenido en los últimos meses.
Desde mayo, los productores hicieron todo lo contrario. Apuraron la liquidación de cabezas con el empeoramiento de la sequía.
Esa sobreoferta registró un efecto inmediato: los precios se plancharon a pesar de que la dinámica inflacionaria iba en el sentido contrario. Los precios de la carne corrieron bien por detrás de los demás alimentos, inclusive de aquellos que se encuentran regulados por el Gobierno.
El retraso en el valor de la carne ayudó al consumo: de un mínimo de 47 kilos por habitante (anualizado), uno de los peores registros históricos, en los últimos meses trepó a 53 kilos por habitante, también en términos anualizados. Esta tendencia podría revertirse con los nuevos aumentos. De hecho, los especialistas creen que -de no haber una convalidación de los flamantes precios por parte de los consumidores-, las subas podrían morigerar en las próximas semanas.
Máxima preocupación
El Gobierno profundizará esta semana las reuniones con sectores de la cadena de ganados y carnes, con el objetivo de lanzar una serie de medidas para ponerle un freno a la suba que registró el precio de la carne en las últimas semanas. Una de las medidas será un esquema de descuentos para la compra de carne con tarjetas de débito.
También el Gobierno, pese al reclamo de las entidades del campo para que se elimine, mantendrá la prohibición para exportar los siete cortes populares de mayor consumo en el mercado interno que rige hasta el 31 de diciembre del presente año, como el asado de tira, vacío, matambre, falda, tapa de asado, nalga, y paleta.
Por otro lado, se avanzará con la judicialización de los casos que se detectaron de evasión impositiva mediante la subfacturación de ventas al exterior. “Tenemos que desnudar a los que le hacen trampa al Estado. Porque como en todas las actividades, aparece la sobrefacturación o la subfacturación como un elemento distorsivo de los precios del mercado interno”, dijo el ministro de Economía, Sergio Massa, el pasado viernes al lanzar la nueva etapa del programa Precios Justos.
Lo cierto es que en los despachos oficiales hay preocupación por la fuerte suba que registró el precio de la hacienda en el arranque del año, y eso se trasladó a los mostradores de las carnicerías.
A todo esto el secretario de la Sociedad Rural Argentina, Carlos Odriozola, dijo que “la reacción del mercado durante los últimos días es claramente una adecuación de los precios”. Al respecto, un relevamiento del Instituto de Estudios Económicos (IEE) de la Rural reflejó que “las estadísticas oficiales muestran que durante todo 2022 la hacienda en pie con destino al mercado local (Novillito +390kg) sólo subió un 30%, y la carne al consumidor hizo lo propio en un 46%, mientras que el Índice General de los Precios (IPC-INDEC) expresa que la inflación de toda la economía fue de casi 100%”.
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Por otro lado, el presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMYA), Leonardo Rafael, dijo que a la carne “todavía le falta actualizar los valores, pero como la suba fue repentina vamos esperando un poco para que no se caigan las ventas y aguantamos la suba con rentabilidad. El kilo de carne en la media res tiene que valer $1.200, y hoy no tengo entendido que haya salido a más de $1.000 el kilo hacia las carnicerías. Está faltando un poco de la suba del abastecedor a las carnicerías, mientras que en la carnicerías también le faltará un 15% al consumidor”.
Según cálculos propios, significaría un incremento de entre $200 y $400 por kilo dependiendo del corte. No obstante, para conocer con la rapidez que se trasladarán los aumentos al consumidor, será clave saber si la hacienda continuará con su tendencia alcista.
Por su parte, el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (CICCRA) Miguel Schiariti, sostuvo que las carnicerías ya ajustaron un 10% sus precios y continuarán con el traslado de los aumentos hasta completar el incremento de entre el 35% y 40%, aunque advirtió que “se va a hacer de manera paulatina y lenta, porque ningún carnicero le quiere decir a un cliente que el kilo de milanesas que le vendió a $1.300 ayer, hoy sale $1.700”.
Plan de acción
Como ya se adelantó, en respuesta a los fuertes incrementos de precios en las carnes de las últimas semanas, el Ministerio de Economía apura un programa para fomentar la compra en carnicerías y sostener el consumo, a pesar de los aumentos registrados desde principios de año. El esquema, en el que trabajan la Secretaría de Agricultura y la AFIP, podría empezar a funcionar en los próximos días.
El croquis del plan que elabora la cartera agropecuaria incluye beneficios para el consumidor y para el vendedor de carne. Según pudo saber este medio en base a fuentes oficiales, la característica central del programa será ofrecer al comprador la posibilidad de tener un reintegro por el 10% del valor de la compra que haga en una carnicería adherida.
A tal fin, el Gobierno buscará darle a cada punto de venta que se sume al programa un posnet particular para procesar los pagos, y que la AFIP pueda activar la devolución de ese 10% en la cuenta del cliente que haya usado su tarjeta de débito. El reintegro máximo que hará el fisco será de $1.000, por lo que el máximo de compra contemplado es de 10.000 pesos. Si un comprador hiciera una transacción, por ejemplo, de $12.000, el reintegro también sería de $1.000. De todas formas, aclararon desde Agricultura, el tope de $1.000 no será mensual, por lo que si un cliente hiciera, un suponer, cuatro operaciones de $10.000 en un mismo mes, podrá contar con $4.000 de reintegro.
Para el carnicero el beneficio vendría por el lado impositivo. El plan que apuntala el Ministerio de Economía incluye que aquellos vendedores que estén adheridos al régimen de autónomos tengan un descuento del 90% de la cuota mensual; es decir que le pagarán a la AFIP solo el 10% de lo que determine su categoría, de acuerdo a su nivel de facturación.
Por otro lado, la carnicería que se adhiera al programa podrá descontar el 5% del valor de la factura de compra al frigorífico, de su declaración de Impuesto a las Ganancias y de Bienes Personales, un saldo que podrá utilizar como crédito. Un dato que alarmó a los funcionarios y que formateó el programa hacia la formalización de las ventas, es que detectaron que cerca de un 90% de la facturación de las carnicerías se realiza en negro.
Inflación: un dato que puede marcar tendencia
La inflación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se disparó al 7,3% en enero, según Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA). La cifra es la más alta desde julio pasado, cuando tocó el 7,7% en un solo mes, e impulsó a la variación interanual al 99,4%; mientras que en diciembre de 2022 había marcado 5,8 por ciento.
Según el informe elaborado por la Dirección General de Estadísticas y Censos del Ministerio de Hacienda y Finanzas de la Ciudad, esta variación del IPCBA respondió fundamentalmente a las subas en las siguientes divisiones: transporte, información y comunicación, restaurantes y hoteles, alimentos y bebidas; y vivienda, agua, electricidad y gas, entre otros, a saber:
Vivienda, agua, electricidad y gas registró una variación del 6% con respecto al mes anterior, impactando principalmente los aumentos en los valores de los gastos comunes por la vivienda y de los alquileres. Este ítem registró una variación interanual del 102%.
Restaurantes y hoteles promedió una suba de 11,6%, como resultado de los aumentos en los precios de los alimentos preparados en restaurantes, bares y casas de comida, junto con los incrementos en las tarifas del servicio de alojamiento en hoteles por motivos turísticos. Este ítem registró una variación interanual del 118,5%.
Alimentos y bebidas no alcohólicas registró un alza de 6,8%. Al interior de la división, los principales impulsos provinieron de pan y cereales, leche, productos lácteos y huevos. Por su parte, bebidas alcohólicas y tabaco creció un 6,3%. Ambos ítems registraron una variación interanual del 103,9%.
Salud mostró una variación con respecto al mes anterior del 5,8%, debido a los incrementos en las cuotas de medicina prepaga y a los ajustes en los valores de los medicamentos, en tanto que educación registró un 0,6%. Cada uno de estos ítems tuvo una variación interanual de 91% y 106,5%, respectivamente.
Equipamiento y mantenimiento del hogar registró una suba de 5%, al impactar los incrementos en las remuneraciones del personal del servicio doméstico, los aumentos en los valores de los grandes electrodomésticos y artefactos para el hogar. Este ítem registró una variación interanual del 106,9%.
Por último, prendas de vestir y calzado tuvo una variación del 2,3% durante enero, lo que significó una variación interanual del 112,4%.
Cabe destacar que el índice nacional se conocerá el 14 de febrero y estiman que se ubicaría en 6%.
Fuente: iprofesional.com