Investigadores de la Unidad Regional 1, entre otras dependencias de la fuerza de seguridad provincial, intentan esclarecer y atrapar a los autores del ataque a balazos a un comerciante posadeño de 35 años que se registró ayer, poco después de las 7 sobre calle Ramírez casi avenida San Martín, en el barrio Papini de Posadas.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, dos hombres aguardaron a bordo de una motocicleta la llegada de la víctima, y antes de que ingresara a su vivienda la abordaron con los cascos puestos para dificultar su identificación. Uno de ellos iba armado y, en medio un forcejeo y entre insultos habría disparado en cuatro ocasiones, lastimándole un brazo al dueño del inmueble.
Los dos balazos restantes habrían dejado impronta en la camioneta Volkswagen Amarok blanca del lesionado, y el proyectil restante en el portón de la vivienda.
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Efectivos de la comisaría Segunda, a seis cuadras, llegaron en patrullero y asistieron a la víctima, mientras el rastrillaje de seguridad con otras direcciones policiales intentaba ubicar la motocicleta que señalaron los testigos.
Uno de los que aportó mayores detalles fue un vecino que vio a los sospechosos cuando se acercaban al comerciante. Alcanzó a gritarles advirtiéndoles de la flagrancia. Segundos después se oyeron los balazos y luego se los vio correr hacia la motocicleta, una Motomel 150 que no podían poner en marcha; por ello el conductor huyó del lugar empujándola hacia la avenida San Martín, para luego tomar la avenida Tacuarí.
Cámaras de seguridad de centros educativos privados de las inmediaciones y viviendas de familia captaron el escape a pie de los autores del ataque.
Estos registros de video fueron sumados a los que grabó el sistema de vigilancia de una empresa privada en la casa de la víctima.
Nada firme
Según las mismas voces contactadas por este Diario, de los primeros análisis de cámaras sólo se logró determinar que la motocicleta fue abandonada sobre calle Magaldi al 4000, a tres cuadras del sitio de los disparos, donde el conductor desistió de continuar con el intento de que arrancara el vehículo.
Se quitó una campera o buzo y arrojó el casco para desaparecer raudamente, pero a pie. Su cómplice tomó la misma actitud, pero varios segundos antes y sobre la avenida Tacuarí en dirección al Oeste.
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Hasta anoche, no se habían solicitado al juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, allanamientos para atrapar a algún sospechoso.
En cuanto al damnificado, fue llevado al Hospital Ramón Madariaga donde las observaciones y curaciones le permitieron rápidamente tener el alta médica y regresar a su casa, donde habría dialogado con los investigadores pero sin darles mayores precisiones de si intentaron robarle o cumplir con una amenaza de muerte que le habrían proferido varios días después del lunes 14 de noviembre, hace tres meses, cuando denunció que le arrojaron una supuesta granada de gas lacrimógeno en el mismo lugar.