Familiares y amigos de las víctimas del doble femicidio que conmocionó a la provincia, Gabriela Agüero (39) y su hija Débora Elizalde (24), volvieron a manifestarse esta vez por calles de esta localidad, transitando frente a la Unidad Regional V y el Juzgado de Instrucción 3.
En contacto con PRIMERA EDICIÓN, manifestaron que “la indignación crece al saber que el asesino está prófugo hace un año y nadie hace nada. Son 365 días de no tener respuestas y sentimos que no lo quieren buscar”, dijo Graciela Elizalde, prima de Débora.
La mujer, quien también participó en la marcha de ayer, fue tajante y aseguró que la familia entregó datos en donde podría ocultarse el sospechoso, pero no ocurrió nada. “Don Agüero (padre de Gabriela) les dijo a las autoridades de San Antonio que Kozak podría estar en una chacra a unos 50 kilómetros del pueblo, pero la respuesta fue que sin orden judicial no se puede hacer nada. Entonces nosotros como familiares lo que sentimos es que no lo quieren buscar”, agregó.
“Nosotros sabemos que hay gente que tiene miedo de hablar porque pareciera que la Justicia no da garantías para que alguien cuente lo que sabe. A Rafael, por ejemplo, hermano de ‘Debo’ e hijo de ‘Gaby’, nunca le brindaron contención o protección y él es testigo clave”, indicó Graciela.

En cuanto a qué piensa la familia transcurrido un año del doble crimen y que aún no esté detenido el autor, dijo: “Nosotros pedimos en su momento que se embarguen los bienes de este señor para que no pueda continuar solventando su fuga. Sus negocios siguen funcionando y generando ingresos y con la cuestión de que no están a su nombre, no hacen nada”.
En este sentido, Graciela aseguró que “él puede seguir prófugo porque sigue facturando y de alguna manera le llega la plata. San Antonio es un pueblo chico y la gente sabe, escucha o ve cosas, pero por miedo muchas veces prefiere callar”.
También la mujer dejó en claro el común pensamiento que hay dentro de la familia respecto a si Kozak tuvo o tiene ayuda para mantenerse oculto.
“Desde el día uno sentimos que no lo quieren buscar. Nosotros con las marchas tratamos de meter presión y que no se olvide el caso, pero a veces parece en vano. Intentaremos que llegue a nivel nacional porque lo que ocurrió fue aberrante y lo peor aún, es que siguieron pasando casos después. Parece que alguien que mata se queda tranquilo porque sabe que no se hace nada”.
Otra acusación que hizo Graciela es que, desde la primera marcha en reclamo o pedido de justicia, se sienten inseguros. “Nosotros en su momento dejamos de marchar porque aparecía de la nada gente en camionetas a querer llevarnos por delante y la policía y personal de la Municipalidad de San Antonio hacía como si no pasara nada, es muy raro y triste todo”.
Yamila, prima de las víctimas, fue otra de las que tomó la palabra con este Diario. “Pensamos que no lo encuentran porque no quieren. Hay información de dónde puede llegar a estar y que a veces circula por la zona. Se llama a la policía y no pueden o no quieren ir”, dijo.
Élida, tía de Gabriela, a través de un breve contacto por mensaje de texto se expresó también. “No pude estar en la marcha, pero es un día triste para nosotros. La verdad que es muy difícil saber que el asesino sigue suelto”.
“Sentimos mucha bronca por el accionar de la policía e impotencia por no poder hacer nada. Necesitamos que la gente no se olvide de este caso y que haya justicia”, concluyó.
En la marcha también participó un grupo de “mujeres autoconvocadas” de Iguazú y planifican una nueva movilización en marzo. Gabriela Agüero era madre de cuatro hijos y profesora de portugués, en tanto que su hija era estudiante de lengua y literatura en Eldorado.