A “cupo completo”, con más de ochenta inscriptos, arrancará el próximo viernes 24 del corriente, en Posadas, una nueva etapa de los cursos de capacitación en conducción segura impulsados por los Motociclistas Misioneros Asociados (MMA) y que cuentan con el respaldo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y el Ministerio de Gobierno de la Provincia. Será la primera actividad del año y forma parte del “Plan Federal de Capacitación y Entrega de Cascos”, donde a quienes participan del curso y poseen cascos en condiciones deficitarias se les cambia por otro nuevo. Continuará el martes 28 en Oberá.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Ramiro López, máster en Tráfico, Movilidad y Seguridad Vial, explicó que “los talleres que dictamos tienen como objetivo corregir fallas en la conducción que vienen de un entrenamiento ineficiente o inexistente. Nos centramos en temas relacionados exclusivamente con la conducción, puesto que los asistentes ya poseen la licencia de conducir y deben conocer toda la parte normativa con anterioridad a obtener la misma. Asimismo se repasan algunos temas que son puntuales y generan mucha confusión entre los conductores en general, no solo los de motocicletas”.
López apuntó que “abordamos temas novedosos y poco tratados en el medio, en general intentamos centrarnos en una premisa que es entender los por qué de las situaciones que desembocan en siniestros o en lesiones graves. Algunos de los aspectos sobre los que profundizamos tienen que ver con cuestiones cognitivas, como las denominadas ‘cegueras’ y también temas específicos de la actividad como técnicas de conducción y mecánicas de la moto”.
También el especialista en Tráfico, Movilidad y Seguridad Vial, integrante de la MMA, indicó que “la forma que tenemos de llevar adelante los talleres es distinta a la tradicional porque no nos centramos en una audiencia estática, sino que los impulsamos a participar, a preguntar y a interesarse en la temática, les hacemos encuestas e incorporamos las inquietudes en cada una de las ediciones”.
Recordó además que otro de los objetivos que persiguen los talleres es “sacar de circulación cascos inseguros y hasta en algunos casos que directamente no cumplen con la normativa para poder ser utilizados. Esos cascos son un peligro porque generan una falsa sensación de seguridad y pueden ocasionar lesiones muy graves puesto que no protegen la cabeza en absoluto. Se los retira y luego son compactados para evitar que vuelvan a ser utilizados”.
Ejercicios claves
Por su parte, Freddy Silva, instructor y coordinador de prácticas en conducción segura de motos, explicó que “quizás muchos no entienden la importancia de cada ejercicio que cumplen los participantes en los cursos. En el movimiento en ‘L’ deben circular entre tres conos colocados en forma de esa letra. Allí se evalúa y corrige la postura del conductor, la forma de modificar trayectos con el freno trasero, la maniobrabilidad o no del conductor y la forma de gestionar la mirada”.
Remarcó que “el tradicional ejercicio en ‘8’, es de mayor complejidad que el anterior porque posee límites laterales y un circuito donde debe circular el participante. Se evalúa la gestión de la mirada, la corrección de la trayectoria sólo con el uso del freno trasero, la soltura y el desempeño general del conductor al realizar el ejercicio termina siendo determinante”. El frenado de emergencia es “la tarea que implica más experiencia del participante, su moto y la importancia de que los dispositivos de seguridad estén funcionando correctamente”, resaltó.
Motos: con más víctimas fatales
De acuerdo a los datos difundidos por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), pertenecientes al balance 2022, los usuarios de motos en el país continúan siendo las principales víctimas fatales en siniestros viales.
Cuatro de cada diez se trasladaban en motocicletas. Durante el 2022, el total de víctimas fatales en accidentes de tránsito fue 3.828, de los cuales 1.547 iban en moto.
En forma global, el número de varones fallecidos casi cuadriplica al de mujeres, siempre referido a víctima fatal vial. Además, cuatro de cada diez víctimas fatales se concentran en el segmento etario que va de los 15 a los 34 años, según las estadísticas de la ANSV.