Suelo seco, pastizales quemados, columnas de humo, animales vulnerables, fuego y más fuego, forman parte del paisaje de las zonas más afectadas por los incendios en Corrientes. A pesar de las recomendaciones y las alertas, pareciera que la toma de conciencia y la responsabilidad se vuelven valores imposibles de alcanzar para quienes continúan haciendo quemas. Ante esta lamentable realidad, hay personas que desde su profesión o con los medios que tienen a su alcance, están dispuestas a aportar de alguna u otra manera a la difusión y la preservación de la naturaleza.
Sebastián Navajas tiene 25 años y es oriundo de Virasoro. Durante su adolescencia, el avistamiento de aves lo acercó a un mundo natural que hasta el momento no conocía y que luego significó un punto clave en la planificación de su futuro. “Mi mamá me invitó a hacer esa actividad. Al principio me pareció raro y no tenía mucho interés, después me sorprendí de la cantidad y la diversidad de especies que tenía alrededor”, relató en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN.

El entusiasmo no tardó en llegar y al poco tiempo Sebastián decidió probar una cámara que tenía en su casa. Comenzó sacando fotos a pájaros y después a otros animales. Pasó el tiempo, consiguió trabajos y poco a poco pudo adquirir sus propios equipos de registro. Luego, ya en edad de iniciar la universidad, el joven ingresó a la carrera de Biología en la UBA y cursó hasta los últimos años. En plena época de pandemia volvió a Corrientes y decidió dedicarse completamente a la “fotografía de la naturaleza para la conservación”, como el mismo lo describió. En ese periodo reforzó sus conocimientos en fotografía, aprendió a producir y editar videos y comenzó a difundir sus imágenes.
A través de esta difusión, la Fundación Rewilding lo contactó para formar parte del equipo de trabajo y desde hace un año está a cargo de la comunicación y el registro de imágenes en distintos proyectos.
“Capaz esto es algo que dicen muchos naturalistas, pero es verdad: ‘no se puede conservar o querer lo que uno no conoce’. Por eso las imágenes son una herramienta muy poderosa para visibilizar lo que nos rodea, acercar la naturaleza a quienes no tienen la posibilidad de conocerla; y mostrar también los daños para generar toma de conciencia y empatía en las personas”, opinó el fotógrafo.
En primera persona

Durante los incendios del año pasado y también en la actualidad, Sebastián vivió la experiencia de sacar fotos en los distintos portales del Parque Iberá, desplazándose entre terrenos totalmente secos y en ocasiones lidiando con las llamas.
“Es durísimo vivir esas situaciones y ver todo el panorama; también son condiciones delicadas para ‘fotear’ porque tenés que saber como manejarte. Siempre voy acompañado de un equipo de personas que saben cómo actuar frente al fuego. Pero hay que estar atentos, porque de repente un viento cambia todo, o a pocos metros hay un incendio que no tenías en vista. Capaz llegás un poco tarde a una zona y sólo quedan cenizas. Es todo muy dinámico y hay que estar informándose sobre el terreno todo el tiempo”, contó.
A su vez, Navajas resaltó que este año las condiciones de sequía son peores. “La verdad es que tanto el ambiente como la comunidad se venían recuperando del golpazo de los incendios del año pasado. Días atrás nos metimos en zonas de esteros y lagunas y la situación es realmente crítica, porque estas fuentes de agua están totalmente secas; antes funcionaban como cortafuego natural, lo mismo que algunos montes, y nunca se habían incendiado, pero ahora el fuego arrasó con todo. Hay sitios que llevaban años formando un sistema radicular y generando materia orgánica que mantenía el suelo húmedo, pero hoy en día están secos y el fuego también se propaga de manera subterránea; así se genera una cantidad de combustible abismal”, describió con preocupación.
En esta instancia, aclaró que las condiciones climáticas no son aptas para quemar, pero que aún así y a pesar de todas las recomendaciones algunas personas continúan recurriendo a procedimientos tradicionales de quema en el campo. “La gente va a seguir quemando por una cuestión cultural y de necesidad, es algo difícil de erradicar, pero hay que entender que con esta sequía y las escasas lluvias los incendios que se desatan son catastróficos”, insistió.

La fauna en peligro
Según lo que puede observar cada vez que se adentran en el campo para fotografiar entre los incendios, Sebastián dijo que aparentemente no es tanta la cantidad de animales quemados, pero sí encuentran algunos muertos o en mal estado de salud por falta de recursos naturales indispensables. “Carpinchos, yacarés y otros de la zona recorren caminos sin encontrar una sola gota de agua.También hay otros animales pequeños como serpientes o roedores que a veces no logran escapar de las llamas”.
Sin embargo, hizo una salvedad teniendo en cuenta la inmensa extensión del Parque Iberá: “Al menos el año pasado, según lo que pude saber y de acuerdo a las experiencias en terreno con el equipo de trabajo, buena parte de los animales pudieron escapar a otros sectores en los que afortunadamente no se generaron focos de incendio”, resaltó.

“Una manera de contribuir es apostando al turismo”
El fotógrafo mencionó que hay mucha gente con ganas de ayudar con esta problemática de la sequía y los incendios en Corrientes, y opinó que “hoy en día, la mejor forma de contribuir con el Iberá es ir a visitarlo”.
“El parque es enorme, tiene más de 1 millón de hectáreas. Por eso es importante aclarar que no todo el Iberá está en llamas, todavía hay muchos sectores que conservan en perfecto estado su flora y fauna; de hecho eso permite que los animales afectados puedan escapar y refugiarse en lugares seguros. Hay portales que están abiertos y aptos para hacer turismo. A lo que voy es que promoviendo las visitas a este lugar se activa el gran desarrollo económico local que significa esta área protegida, para que las personas de la zona puedan comenzar a vivir más del turismo y no necesiten sólo del ganado o de hacer quemas en el campo que afectan directamente a los animales y a todo el ambiente”, explicó Navajas al finalizar la entrevista.