Con la mirada firme hacia los jueces y sin modificar su expresión. Así escuchó Alejandro Daniel Kirschner (26) la lectura del fallo por parte del Tribunal Penal de Eldorado, donde fue condenado a prisión perpetua tras ser hallado autor penalmente responsable por el doble crimen de sus padres, Hilario Kirschner (61) y Mirta Sachser (54).
De esta manera la pena estuvo en sintonía con el pedido que hizo el fiscal Federico José Rodríguez tras sus alegatos el pasado lunes, es decir la de aplicar para el imputado la pena máxima por “doble homicidio calificado por el vínculo y por el uso de arma de fuego”.
Las víctimas fueron asesinadas de dos tiros cada una, entre la noche del sábado 21 y la madrugada del domingo 22 de septiembre de 2019, en su vivienda de Comandante Andresito. El Tribunal estuvo conformado por los jueces Atilio León (presidente), Liliana Komisarski y Oscar Fava Gallardo, quienes votaron en disidencia, indicaron las fuentes. El debate tuvo seis jornadas, donde desfilaron un total de 14 testigos, entre familiares y allegados a los involucrados, policías y peritos. Al momento de alegar la defensa del acusado y tal como adelantó este Diario, había solicitado absolución por el beneficio de la duda (in dubio pro reo). No se descarta que el abogado apele el fallo. La lectura de los fundamentos se llevará a cabo el martes 14 de marzo de 2023.
“Jamás les haría algo así”
Antes de la lectura del fallo se le dio al imputado la oportunidad de dar sus últimas palabras, donde entre otras cuestiones insistió con su inocencia ante el Tribunal, y manifestó: “Jamás les haría algo así a mis padres. Eso que dicen de que yo necesitaba plata no es cierto porque ellos me daban, no tenía necesidades económicas”.
Con respecto a la frialdad que le adjudicaron algunos testigos tras el hecho, concretamente dos familiares y un policía, expresó: “A mí nadie se me acercó a preguntar cómo me sentía. Yo en todo momento colaboré con la investigación, hasta donde pude”.
“Fue un hecho anunciado”
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el fiscal del Tribunal Penal de Eldorado, Federico José Rodríguez, afirmó que “teniendo en cuenta los testimonios que figuran en el expediente, este doble crimen fue anunciado. El imputado cada vez demandaba más a sus padres, con quien tuvo conflictos serios y que en muchos casos se volvieron violentos, todo dedido a sus adicciones. Lo que sucedió aquella noche del sábado 21 de septiembre entre las 20.30 y las 21, horario en el que creo fueron cometidos los homicidios, fue planificado y estaba anunciado. Él (por el acusado) sabía dónde estaba oculto el rifle. De los seis perros, de los cuales dos eran bóxer, ninguno atacó al joven porque era conocido de ellos. Atropelló con la camioneta de su padre y al salir intempestivamente de la escena a uno de los animales, un salchicha, que quedó agonizando y nadie limpió la sangre. Si hubieran estado con vida los padres cuando embistió a la mascota familiar, hubieran limpiado las manchas o asisitido al perro, porque eran gente muy correcta”, indicó el fiscal, en referencia a lo que dijo el acusado, de que al momento de atropellar al perro él se iba de la casa y sus padres aún estaban con vida (el día del hecho)”. Luego agregó que “de ser cierto que otra persona llegó a la vivienda del matrimonio, que a esa hora estaba en el living, el hombre se hubiera defendido con su rifle. Tenía 83 municiones para hacerlo. Sin embargo el arma nunca apareció. Tuvo que ser el joven quien la tomó y les disparó. Nunca tuvo una coartada con respaldo probatorio para justificar qué estaba haciendo esa noche que mataron a sus padres. Los rangos de horarios no le cerraron. Un amigo declaró que estuvo con él esa noche, pero una hora después de cometidos los crímenes”.
Enfermedad terminal
Rodríguez definió como “determinantes las evidencias genéticas halladas en las manos de la madre del imputado. Su ADN estaba en el de su progenitora. Además, una huella de su calzado coincidió con la hallada en la cama de su padre y es coincidente con la trayectoria del disparo y posición del cuerpo. También se encontró restos de plomo en las manos del acusado, lo que indica que manipuló un arma larga”.
“Se necesita mucha frialdad para matar a sus progenitores, más sabiendo que a su padre le quedaban siete meses de vida por una enfermedad terminal”, concluyó el fiscal.