Cada 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Audición, el cual se designó para fortalecer la necesidad global de abordar la problemática de la pérdida auditiva y otros temas relacionados con el oído.
La reducción de la audición puede afectar la salud y el bienestar de las personas de muchas maneras y, por ejemplo, reducir la capacidad de comunicación o aumentar la sensación de aislamiento, soledad y retraimiento.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 5% de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante (432 millones de adultos y 34 millones de niños).
Se calcula que en 2050 casi 2.500 millones de personas (una de cada cuatro) vivirán con algún grado de pérdida auditiva, de las cuales al menos 700 millones necesitarán servicios de rehabilitación.
Asimismo, el Ministerio de Salud de la Nación sostiene que en Argentina la discapacidad auditiva corresponde al 18% de las discapacidades, y se distribuye en: dificultad auditiva con un 86,6% y sordera con un 13,4%.
“La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, el empleo de determinados fármacos, infecciones crónicas del oído, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento”.
¿Por qué es importante la detección temprana de la hipoacusia?
La detección temprana de la hipoacusia es esencial para no comprometer el desarrollo comunicativo y emocional, ya que, la audición es fundamental para tener experiencias interactivas que estimulan el desarrollo del lenguaje, cognitivo y social.
El estudio más comúnmente realizado para evaluar la capacidad auditiva es la audiometría. Sin embargo, no es el único examen que utilizan los profesionales para evaluar la audición.
Según la OMS, los problemas del oído y la audición se encuentran dentro de las preocupaciones más comunes enfrentados en la comunidad, ya que más del 60% de éstos pueden ser identificados y abordados en el nivel de atención primaria a causa de la otitis y complicaciones congénitas que pueden prevenirse con medidas de salud pública.
“En nuestro país, contamos con la Ley de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia, que señala que todo niño recién nacido tiene derecho a recibir un estudio temprano sobre su capacidad auditiva y luego se le brinde tratamiento en forma oportuna si fuera necesario, ya que las doce primeras semanas de vida extrauterina son especialmente importantes para el desarrollo de las vías auditivas”, explicó Orfila.
Existen diferentes tipos y grados de pérdida auditiva, dependiendo de la región del oído afectada, el grado o severidad.
¿Cómo prevenir problemas auditivos?
- Vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis;
- Realizarse chequeos de rutina y seguir prácticas correctas de atención otológica;
- Reducir la exposición a ruidos fuertes, tanto en el trabajo como en las actividades recreativas;
- Realizar pruebas de detección de la otitis media a los niños;
- Evitar el uso de algunos medicamentos que puedan ser nocivos para la audición, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico;
- Realizar controles periódicos a los bebés, a fin de someterlos a una evaluación y diagnóstico temprano;
- En relación con las mujeres embarazadas, realizar controles periódicos con el obstetra para evitar infecciones que puedan afectar los oídos del bebé;
- Cuando nace el niño, se debe velar para que al bebé se la hagan los estudios de chequeo universal de audición (Ley 25.415 screening auditivo universal neonatal).
Fuente: medel.com/latam