Para el taxista obereño Juan Domínguez, “ganarse el mango” lo obliga a diario más de doce horas de laburo al volante. Sin embargo, el viernes por la mañana el fiel de su balanza de principio y valores se impuso y no vaciló en recoger el bolso con 3,1 millones de pesos que se le cayó a una pasajera que salía del Hospital SAMIC, la buscó y se lo entregó en sus manos.
El jueves por la mañana en el microcentro posadeño, un suboficial de la Policía de Misiones hizo todo lo contrario y tomó la cartera de una mujer que encontró en la calle. Lejos de buscar la identidad de la víctima que se encontraba en documentos y tarjetas de crédito adentro, se la llevó haciéndose el desentendido a pie, a las pocas cuadras, y antes de llegar a su puesto de trabajo, el guardia del Tribunal Penal 1 de calle La Rioja casi Rivadavia, tomó todo el dinero que había en una bolsa plástica y descartó la cartera en un contenedor de basura.
Cuando la mujer se percató que le faltaba la cartera, sospechó que se la robaron del interior de su automóvil cuando lo dejó estacionado en calle 25 de Mayo y avenida Mitre. Denunció el robo y la división Investigaciones de la Unidad Regional I comenzó la pesquisa con la asistencia del Centro Integral de Operaciones 911. Efectivos de Videovigilancia reconstruyeron el trayecto que realizó el Ford Kinetic de la dueña de los (aproximadamente hasta ese momento) 3.700 dólares, 90 mil pesos, 500 reales y tres millones de guaraníes, perdidos.
La sorpresa no fue poca, cuando notaron que en el cruce de Córdoba y Buenos Aires sale por la ventanilla arrojada la cartera del automóvil y captan al policía alzándola rápidamente y, con cara de “yo no vi nada”, sigue su trayecto hacia el Tribunal Penal 1 donde se estaba desplegando la segunda audiencia del juicio oral, presidido por la camarista Viviana Gladis Cukla, a Juan Gastón Brunner por “homicidio simple con dolo eventual”.
La investigación supervisada por el juez de Instrucción 7, Miguel Mattos, continuó hasta que los investigadores identificaron al sargento de 47 años y solicitaron las medidas para detenerlo e intentar recuperar el dinero.
El allanamiento solicitado fue autorizado el viernes pasadas las 22 y minutos antes de que se iniciara, los investigadores de la UR-I tomaron contacto en la vía pública con el sospechoso, que ya sin alternativas pidió que no allanaran su casa en Candelaria y que lo acompañaran para que les entregara todo el dinero que le quedaba de la cartera hurtada: 85.000 pesos, 535 reales, 2.867.000 guaraníes y 3.801 dólares.
Informado el juez Mattos, ordenó la detención inmediata y su alojamiento en la comisaría Cuarta a disposición del llamado a indagatoria como presunto autor del delito de “hurto agravado e incumplimiento del desempeño de funcionario público”.
La ironía del destino coincidente: el taxista Juan Domínguez recibió elogios por haber cumplido con su deber cívico de acatar la ley aunque la inflación le apriete el bolsillo. A pocos kilómetros, un funcionario público quedándose con lo ajeno, en el microcentro, y prestando servicio en un edificio donde nadie duda se imparte justicia.