Durante las vacaciones tuve oportunidad de compartir con personas musulmanas. Algunas mujeres -tanto en la playa como en la pileta-, lucían su tradicional vestimenta, cubiertas con Hiyab, Niqab o Burka. Al principio solo compartíamos miradas de cortesía y algunos comentarios breves sobre los niños.
Una mañana me encontré con una de ellas en el gimnasio, ejercitándose con su tradicional atuendo. Como estábamos más tranquilas, me presenté y luego de un rato pude hacerle la pregunta que venía rondando en mi cabeza respecto a sus prendas.
Como no quería sonar “prejuiciosa” le pregunté simplemente si le resultaba cómodo ejercitarse con esa ropa, a lo que, con una media sonrisa amorosa me contestó: ¿Quién pregunta? Así dimos inicio a una conversación súper profunda e interesante que, por su extensión, no podría reproducirla aquí, aunque sí algunas reflexiones como producto:
• Registrar nuestros prejuicios e ideas previas como tales. A partir de eso estaremos abiertos a escuchar de otra manera. Islam, feminismo y religión son conceptos controvertidos y significados de diferentes maneras según cada cual. Cuando Fati me comentó que ella “elegía” usar Hiyab, automáticamente vino a mi mente la famosa frase de Rosa Luxemburgo: “Quien no se mueve no siente el ruido de sus cadenas”. Sin embargo, a medida que la fui conociendo, por lo que me contaba de sus tareas, su rol como profesional de la ciencia, sus producciones, la docencia, pude advertir que la lucha y la libertad van mas allá del velo.
• Todos estamos insertos en un sistema -con pautas y formas- que nos condiciona de alguna manera. Ya sea que vivas a kilómetros de tu familia de origen, que te reveles, siempre hay factores culturales que nos atraviesan. Distinguirlos es importante para poder revisarlos y re significarlos. No es lo mismo religión que espiritualidad, política o ideología. Muchos piensan que algunas pautas de la sociedad musulmana provienen de mandatos religiosos y no es así. De allí la importancia de investigar parare significar.
• Hay muchas formas de feminismo. Respeto todos y cada uno pues hay historias con mucho dolor detrás de ellos. Juzgar a alguien por el velo, también invalida. El número de jóvenes discriminadas por usar el Hiyab ha aumentado, al punto de tener que cambiar de institución educativa, tener que irse de una plaza en la que estaba jugando con sus niños. No podemos homogeneizar la diversidad, sino hacer el espacio para visibilizar y actuar.
• Ratifico el gran poder humanizador del diálogo como camino que permite entender y comprender que tenemos mucho más en común de lo que solemos pensar. De una cultura o de otra, estábamos ambas en el gimnasio a las siete de la mañana. Humanizarnos implica reconocernos dándole valor a las elecciones y formas de los demás. Abrirnos a ese mutuo reconocimiento para soltar el apego a nuestras estrategias y poder escuchar para incluir, es la manera de conectar.
Para avanzar y concretar una sociedad equitativa y con oportunidades para todos, debemos tomar conciencia de las lógicas de poder y cómo se aplican. Sin toma de conciencia no habrá espacio para las alianzas indispensables en la construcción de una comunidad inclusiva.