Hace más de 70 años llegó a estas tierras la advocación a San Clemente María Hofbauer, patrono de los panaderos, y lo hizo de la mano de los sacerdotes misioneros de la Congregación del Santísimo Redentor.
Precisamente hoy, se celebra el día de este Santo Patrono y los profesionales del rubro lo recuerdan a modo de reivindicación y para que más personas conozcan a quien hizo de la misma un verdadero “sacerdocio”.
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Según los registros canónicos, Clemente María Hofbauer nació el día de San Esteban, el 26 de diciembre de 1751 (siglo XVIII) en Tasswitz, Moravia, República Checa. Era el noveno de los doce hijos de Paul Hofbauer y María Steer. Su padre murió cuando él solo tenía siete años; entonces su madre lo llevó a los pies de Jesucristo Crucificado de la parroquia y le dijo: “Hijo mío, a partir de ahora, Él será tu Padre. Ten cuidado de no angustiarlo por el pecado”.
Clemente grabó estas palabras en lo profundo de su corazón. A causa de trabajar en esta profesión cuando era adolescente, se convirtió en el “Patrón de los Panaderos” y como era pobre, no podía realizar sus estudios eclesiásticos. Trabajó en una famosa panadería de Viena, Austria, donde la Providencia Divina pronto se hizo presente, y conoció a dos mujeres piadosas que se ofrecieron para pagarle los estudios. Tanta fue su trascendencia como religioso que llegó a convertirse en Patrono de Varsovia y Patrón de Viena.
La Iglesia de Bennón se convirtió en fuente de vida espiritual para los residentes del lugar. Clemente prodigaba atenciones a los huérfanos, brindándoles calor humano, asistencia espiritual, ofreciéndoles formación e instrucción profesional, dotándoles de dignidad, respeto y estima que todos los seres humanos merecen.
Esta inspiración fue tomada por sus cohermanos redentoristas en esta capital para la construcción de la Primera Escuela Taller de Posadas, que lleva el nombre de Escuela Taller Espíritu Santo, y es fuente de instrucción profesional y vida espiritual.
La colaboradora Estela Silva contó que, como es propio de los Misioneros Redentoristas, son considerados “apóstoles de fe robusta, de esperanza alegre, de ardiente caridad y cielo encendido. No presumen de sí y practican la oración constante”.
De la Escuela, que forma a futuros profesionales gastronómicos, “egresaron jóvenes profesionales que con su trabajo viven dignamente. Algunos recuerdan y otros también imitaron el proyecto institucional”.
Cada 15 de marzo, ruegan a Dios por la intercesión de San Clemente para que “seamos buenos como un buen panadero y que bendiga, proteja y fructifique la obra de todos los panaderos, recordando que el mismo Dios quiso quedarse como pan nuestro de cada día en la Santa Eucaristía”.
Así, los técnicos del rubro sienten que pueden llegar a todos quienes compran los productos que preparan con dedicación y alta profesionalidad, agradeciendo sobremanera a los auspiciantes.
(Artículo publicado originalmente el 15 de marzo de 2023)