El Gobierno provincial y el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) darán un paso trascendental en la injerencia del Estado en la cadena yerbatera. Será el próximo martes 4 de abril, cuando el gobernador Oscar Herrera Ahuad y el presidente del ente yerbatero, Juan José Szychowski, pongan en marcha el molino cooperativo ubicado en Comandante Andresito.
De la conformación de este nuevo emprendimiento, participará una decena de pequeñas cooperativas y un par de particulares que están interesados en tener su marca.
Consultados por PRIMERA EDICIÓN, referentes de la producción como gubernamentales coincidieron en que será una herramienta muy importante para que las pequeñas cooperativas y secaderos misioneros, con y sin marca propia, puedan moler y envasar con convenios a fasón. Es decir, la manufactura mediante la entrega de la yerba por parte de las entidades y empresas privadas al molino cooperativo para sostener su marca en los paquetes que se venden en el mercado.
Una fuente consultada por este Diario explicó que se trata de “un proceso que se trazó hace tiempo, cuando hubo incumplimientos de precio con los productores. Se trabajó primero con el fortalecimiento de cooperativas con secaderos y galpones. Muchas hoy están haciendo productos de mucha calidad. Pero estas terminan siempre trabajando para caer en manos de cinco o seis industrias que concentran el mercado a salida de molino”.
“Así como le ayudamos a que se organicen con la yerba canchada, hoy es necesario intervenir con la yerba molida. Ayudará a las cooperativas a vender allí. Un ejemplo: una cooperativa de San Pedro que no llega con los recursos para montar un molino con su marca, podrá llevar su yerba y envasar en el de Andresito”, agregó la fuente.
Envasado de un producto de calidad
Con este establecimiento que se inaugurará el martes que viene “las pequeñas marcas pueden hacer fasón con un molino integral y equipararse en calidad con las grandes marcas”, aseguró a PRIMERA EDICIÓN el productor oriundo de esa localidad del norte y director del INYM, Jonas Peterson. “Este molino tiene un sistema de muchas zarandas para armar blend, previa separación entre palo y hoja (pequeña y grande). Al hacer el servicio a cualquier marca, van a tener acceso a un proceso de calidad tanto cooperativas como secaderos”, agregó.
En lo político, el Estado dará un paso que incomodará a la industria yerbatera que concentra en un puñado de grandes establecimientos en Corrientes, el envasado del 50% de la yerba que se produce en la tierra colorada.
La correntina Playadito es hoy la que más compra yerba misionera para el 60 a 70% de lo que envasa.
Para tener una idea del mercado, en la actualidad los productores misioneros generan el 80% de la yerba mate que se comercializa en el país.
Es que el nuevo molino tiene previsto, en poco tiempo, lanzar también su propia marca de yerba al mercado. Para el gerenciamiento del mismo, este Diario pudo saber que el Gobierno misionero como principal accionista del mismo, está pensando en el presidente de la Federación de Cooperativas (Fedecoop) y extitular de Piporé, Gerardo Vallejos, para salir a pelear en las góndolas.
Pero, además, cada cooperativa pondrá representantes como también los secaderos y productores particulares.
La ubicación del molino en Andresito no es casual, ya que es uno de los municipios de mayor producción en la provincia.
Detalles del nuevo molino
PRIMERA EDICIÓN pudo saber que se trata de un molino estatal modelo en el país, muy moderno con la última tecnología para 10 mil kilos de molienda por hora.
Además, cuenta con envasadoras automáticas, cámaras de estacionamiento con temperatura y humedad controlada, laboratorios para control de calidad, entre otros.
Según las fuentes consultadas, el molino tendrá una capacidad de molienda inicial anual de 25 millones de kilos de yerba aunque pretende llegar a los 50 millones de kilos en dos años.
Para ello, cuenta con depósitos capaces de almacenar inicialmente unos 27,2 millones de kilos. Pero, con las ampliaciones hasta el año 2025, se podrían colocar hasta 52 millones de kilos.
Cuando se decida comenzar con el envasado, se estima que se podrán empaquetar anualmente unos 15.230.000 kilos en presentaciones de uno y dos kilogramos (9,7 millones de un kilo y 5,5 millones de dos). Sin embargo, con las ampliaciones en dos años, se saltaría a 30.460.000 kilos envasados al año (19,4 millones de un kilo y 11 millones de dos).
