Al margen de la anécdota de que “murió” dos veces, Carlos Dávalo, un hombre en situación de calle, fanático hincha del club Guaraní y más conocido como “Mavala”, dejó de existir el martes 2 de abril de 2013, tras haber estado internado durante una semana en el Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga por un cuadro de ACV.
Su salud estaba minada por los años de excesos y se hablaba de que le habían detectado cáncer de próstata, además de otras afecciones en el hígado, los riñones y una herida en la pierna que no sanaba.
Su muerte trajo consigo algo que no tuvo, al menos en los últimos años de vida: dignidad. Un grupo de vecinos del barrio Villa Sarita, algunos allegados y gente que lo conocía, tomó a su cargo los trámites de defunción y una despedida con honores en un conocido salón velatorio de Posadas.
Muchas historias se cuentan alrededor de quien sin quererlo se transformó en un personaje público por su condición marginal, de adicto al alcohol (aunque lo había dejado en sus últimos meses, gracias al acompañamiento del Hogar de Adultos San José Obrero) y que si bien en el barrio era conocido por todos como un hombre inofensivo, hasta solía robar, si la ocasión se lo permitía, para comprar vino.
Pese a haber sido un alcohólico, a haber tenido conflictos con la ley y otros aspectos que lo habían condenado a la marginalidad, era un hombre querido, que enseguida se ganaba el afecto, la comprensión y también la lástima de quienes lo veían con pesar por la vida a la que se había sometido.
Conocido por todos
Su figura y su nombre están muy ligados al barrio Villa Sarita, ya que habitó en sus calles y plazas durante años.
Si en el barrio había una fiesta, por el motivo que fuera, “Mavala” estaba presente y siempre lo dejaban participar, porque más allá de su situación, era un ser querido.
Era aceptado popularmente por todos, cuando iba a ver los partidos del club de sus amores, Guaraní Antonio Franco, y compartía tribuna con otros hinchas.
Hasta una semana antes de su muerte seguía viviendo en el Parque Paraguayo, en una de las casillas que alguna vez fue de los artesanos.
Su nombre y un retazo de la historia de “Mavala” inspiró al cantautor local y actual ministro de Cultura provincial Joselo Schuap.
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