La sustancia en sí se denomina politetrafluoretileno y fue inventada por Roy Plunkett cuando trataba de conseguir un nuevo tipo de refrigerante para patentar. Preparó una gran cantidad de gas tetrafluoretileno y lo almacenó en unos recipientes similares a los del fijador para el pelo.
Un día, cuando iba a utilizarlo, no logró extraer el gas de los recipientes. ¿Qué pasó? El gas se había polimerizado convirtiéndose en un sólido, y al examinar el material, se dio cuenta de que era increíblemente liso e inerte.
Hasta aquí, todo quedó en una simple curiosidad, pero llegada la Segunda Guerra Mundial, el teflón fue rescatado para la construcción de la bomba atómica, se utilizó para guardar los compuestos de uranio, que son altamente tóxicos, para poder fabricar las bombas.
Hoy en día se utiliza en múltiples propósitos, como la goma que se llama Polyfet, que se inyecta quirúrgicamente alrededor de la uretra para poder tratar la incontinencia urinaria. También se utiliza para numerosas prótesis vasculares o para tapar defectos de la pared cardiaca de los recién nacidos.
También es utilizado en numerosos enseres domésticos y de cocina.
Ahora bien, se han desarrollado estudios sobre la posible incidencia del teflón en la salud humana con relación al cáncer.
Los humos que emite este material cuando está caliente son altamente tóxicos, de ahí que se recomiende no dejar la sartén al fuego sin nada dentro.
Por otra parte, cuando se cocina con las sartenes, algunas micropartículas de teflón, pueden pasar a nuestro organismo, aunque esto no ha sido estudiado todavía por los expertos y no hay resultados concluyentes a nivel científico.
Fuente: Xataka