El ajedrecista Joaquín Jiménez sigue dando que hablar. El único representante misionero en el 52° Abierto Internacional de Mar del Plata tuvo un rendimiento superlativo ante los mejores del continente y culminó 25° sobre casi 300 competidores, entre los cuales hubo varios Grandes Maestros, el máximo título otorgado por la Federación Internacional (FIDE).
“Más que con el resultado, estoy contento con el nivel de las partidas que jugué. Fueron muy complejas, sobre todo las últimas, que duraron tres horas y media y hasta cuatro cada una, así que terminaba exhausto”, le contó Joaquín a EL DEPORdespués de ser uno de los protagonistas en el Hotel Provincial de Mar del Plata.
El Abierto de esa ciudad es uno de los tres torneos más importantes que se juegan en la Argentina. Año tras año, lo juegan jugadores de todo el continente con títulos FIDE como Gran Maestro, Maestro Internacional o Maestro FIDE, es decir, jugadores que están en el tope de los ránkings de sus respectivos países.
Joaquín, con 2187 de ELO -puntaje de ránking internacional- y con el título de Candidato a Maestro en el bolsillo, es el mejor tablero de Misiones y en Mardel volvió a demostrar por qué: en el certamen que se disputó a nueve rondas ganó cinco juegos, empató otros tres y solo perdió una partida. Terminó con 6.5 puntos, en el puesto 25°, a solo un triunfo del Gran Maestro argentino Diego Valerga, quien se alzó con la corona.
“Esta creo que es mi quinta o sexta participación en el Abierto, pero la última vez había sido en 2010. Lo bueno es que esta vez superé mi propia marca, es decir, la línea de los seis puntos, lo que me permitió estar dentro de los 25 primeros”, resaltó Jiménez, con actual residencia en Puerto Rico.
Entre los triunfos que obtuvo esta vez, sobresale la victoria de la séptima ronda sobre el Maestro FIDE Antonio Anelli. “Esa fue una victoria importante, pero también enfrenté a varios chicos jóvenes que vienen de ser subcampeones argentinos y a Franco Quezada, el mejor local, con el que hicimos tabla”, recordó Joaquín.
En pocas palabras, Joaquín ratificó que el balance tras este nuevo certamen es más que positivo. “Pese a que bajé un poquito de ELO, el balance es positivo por el nivel de las partidas que pude jugar, me voy conforme de cara a lo que se viene”, dijo Jiménez.
Después de toda una vida junto al tablero e incluso acariciar el título de Maestro FIDE -llegó a tener 2292 de ELO y quedó a ocho puntos de ese logro- Joaquín aseguró que la meta ya no pasa por esos pergaminos, si no por seguir jugando al mejor nivel posible.
“A esta edad, el objetivo es jugar lo máximo que se pueda y disfrutar de cada partida, intentando hacerle frente a la nueva generación, como Mateo Prado, Jesús Álvarez, mi sobrina María José y otros tantos chicos misioneros que son muy buenos y cada vez juegan mejor”, resaltó el player.
Para Joaquín es un orgullo, claro, ser actualmente el mejor de Misiones, pero eso no le quita el sueño. “Si me pasan, no pasa nada, mi único objetivo ahora es seguir jugando. Por eso a los más chicos les aconsejo siempre que hay que disfrutar del ajedrez y entrenar mucho, nunca dejar de practicar, de resolver problemas, todos los días un poquito, porque cuando uno mejor juega, más lo disfruta y más lindas son las partidas”, cerró el maestro del ajedrez misionero.