Con la publicación del dato de inflación de marzo, el INDEC volvió a dar una pésima noticia, pues la variación de precios minoristas fue del 7,7%; es decir, muy por encima de las estimaciones del sector privado. Incluso, supera la medición de 7,5% que difundió previamente la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y la de la Ciudad de Buenos Aires, que se ubicó en el 7,1%.
Además, el índice oficial muestra una nueva aceleración de los precios, un dato aún peor para Sergio Massa en medio de una campaña electoral que demanda definiciones en cuanto a candidaturas.
El guarismo del INDEC se ubicó 1,1 puntos porcentuales por encima del nivel alcanzado en febrero y 1,4 puntos porcentuales por encima del 6,7% de igual mes de 2022. Los precios acumulan un avance de 21,7% en lo que va de 2023.
Con el nuevo dato conocido el viernes, se confirmó que la inflación de los últimos 12 meses alcanzó el 104,3%: es el peor que se tiene registrado desde el año 1992, 30 años atrás, cuando en enero el acumulado anual había sido del 76%.
Más cerca en el tiempo, durante la presidencia de Mauricio Macri, en mayo de 2019 la inflación interanual tocó un pico de 57,3%.
El dato de inflación de 7,7% en marzo complica los planes de desinflación del ministro de Economía, Sergio Massa, quien habría estimado un IPC por debajo del 4% para el mes de abril.
Alimentos sin freno
El aumento de Alimentos y bebidas no alcohólicas (9,3%) fue el que más incidió en todas las regiones. Al interior de la división, sobresalió la suba de Carnes y derivados.
A su vez, aunque con menor magnitud, se destacaron las subas en Verduras, tubérculos y legumbres, seguidas por Leche, productos lácteos y huevos; y por Frutas.
El precio del kilo de pollo se incrementó 100% en 100 días, y ya vale alrededor de $1.000 al público en algunas zonas del país, de acuerdo a la última medición de Capia, la cámara del sector.
Apenas un par de puntos por debajo se encarecieron los huevos: el maple que después de la última Navidad costaba $650, ya se vende a $1.700 en la ciudad de Buenos Aires.
Los precios, claro está, no muestran señales de desaceleración. El pollo y los huevos están impactados por una doble vía: a la dinámica inflacionaria se adosan los efectos de la gripe aviar, que obliga a la matanza de cientos de miles de aves en los criaderos infectados por la enfermedad.
Nuevas listas con precios actualizados
El problema es que los inconvenientes no se limitan a esos casos extremos. Lo que vuelve a suceder en este comienzo de abril es que llueven las nuevas listas de precios.
La novedad es que los aumentos ya tienen un piso del 7% mensual, lo que confirma que la escalada inflacionaria no se detiene.
Por las listas de precios que las empresas están enviando a mayoristas y autoservicios, queda claro que el índice se mantendrá en esos valores también en abril.
En todo caso, los propios empresarios temen que -dentro de algunas semanas- tengan que hablar de un piso más alto que ese 7%.
Los últimos informes de las consultoras que semana tras semana monitorean la evolución de la inflación dieron cuenta de un hecho traumático: LCG –la consultora fundada por Martín Lousteau– detectó que la mitad de los precios se movieron al alza durante la primera semana del mes, un rango por encima de lo sucedido en las semanas anteriores. Para Eco Go, el escenario fue algo peor: seis de cada diez productos relevados cambiaron de precio la semana pasada.
Trabajadores empobrecidos
Por fuera de los alimentos frescos -como las carnes o los huevos- que registraron fuertes alzas en las primeras semanas del año, ahora también se suman algunos productos envasados, aun varios que supuestamente se encuentran bajo control de la secretaría de Comercio a través de Precios Justos.
Para dejarlo en claro: una cosa es lo que sucede en los grandes supermercados -cuyos gerentes tienen prohibido aceptar nuevas listas con aumentos superiores al 3,2% mensual- y otra muy diferente es lo que acontece fuera de esos grandes locales.
Por eso mismo, en las grandes cadenas pueden verse algunas góndolas vacías, por los faltantes de productos. Es lógico: la brecha entre los precios en los supermercados y los comercios tradicionales es cada vez más notoria.
Los mayores aumentos en el comienzo de este mes se dan en varios de los productos controlados: yerba, arroz, lácteos, fideos y bebidas sin alcohol.
La cuestión tiene, lógicamente, un ángulo político. Hace algunos días, el Gobierno admitió un salto en la pobreza, que ya ronda el 40%.
Se da un nuevo fenómeno en la economía argentina: trabajadores pobres, a los que no les alcanza el sueldo por la brutal pérdida del poder adquisitivo.
La tasa de desocupación se mantiene en niveles bajos (6%), pero la línea de la pobreza sigue al alza, con una inflación de la canasta básica que ya supera el 115% anual.
Los productos que impulsan un nuevo escalón de precios
A continuación, algunos de los incrementos de precios más fuertes que se están registrando:
• Yerba. Los comercios están recibiendo ajustes del 30% promedio.
Y habrá más aumentos en las próximas semanas. La explicación está a mano: el Gobierno, a través del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), autorizó un aumento inmediato del 52,9% en el precio que reciben los productores de yerba mate.
Pero no fue el único incremento que habilitó: habrá alzas sucesivas en mayo, del 4,7%, y en junio, del 7,1% adicional. En total, de acá a 60 días, el precio de la yerba a nivel mayorista se ajustará un 71,5%.
• Arroz. Llegan listas con alzas de 20% promedio. La clave es que, por la sequía, la producción en las provincias arroceras -Entre Ríos y Corrientes- se desplomó alrededor de 30% el último año.
• Lácteos. El sector sufrió un durísimo golpe por la sequía. Se estima que la producción se resentirá un 30% este año, y en este contexto hay alzas semanales en los productos.
Y también faltantes. Las empresas, para no perder tanta rentabilidad, están volcando la producción a los artículos con más margen.
Por ejemplo, los quesos duros en detrimento de la leche fluida.
• Fideos. Hubo subas de hasta 15% esta semana, bien por arriba de la pauta acordada por el Gobierno con los fabricantes. Los supermercados se mantienen con alzas más moderadas.
• Legumbres en latas. La mayoría de las legumbres tuvo una fuerte baja en la producción, también por la sequía. Los precios se han venido acelerando en las últimas semanas, con las lentejas, arvejas y choclo en granos, a la cabeza. Las empresas advirtieron a los supermercados que los valores seguirán al alza en los meses próximos.
• Atún. Habitualmente, el precio del atún se acomoda a la evolución del dólar oficial. Sin embargo, los problemas para importar productos, en medio de las trabas, le pusieron tensión a los precios de las latitas. El atún suele provenir de Tailandia y los importadores empezaron a cotizar con un dólar intermedio, entre el oficial y el contado con liquidación.
Papel: la celulosa se disparó un 175%
Por fuera de los alimentos, el papel es uno de los artículos que más se encarece. El costo de la materia prima (celulosa) registró una fuerte suba a nivel internacional.
En la Argentina, el aumento fue de 175% en los últimos cinco meses, según publicó la editorial que publica la revista Crisis.
Fue producto de incrementos en el mundo a causa de la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania y la parálisis de una planta estratégica en Finlandia, principal productora de papel en el mundo.
“Hay que liberar precios para que aflore la inflación reprimida”
Mientras consultores y economistas dan por sentado que la inflación seguirá lejos del horizonte del 3% que había trazado el ministro Sergio Massa, Domingo Cavallo analizó “la orientación general de la política económica” y vaticinó una inflación anual superior al 120%, en caso de que aflore la “inflación reprimida” que el Gobierno nacional busca “contener”.
Cavallo advirtió que es posible que la inflación mensual se estabilice “entre el 6% y 7%” y le pidió al gobierno “un esfuerzo” para que finalmente “aflore” la inflación reprimida (originada según Cavallo por las políticas de control de precios).
Según la perspectiva del economista, se trata de una condición indispensable “para que se estabilice la economía”.
“Han dispuesto que de aquí hasta agosto suban un 4% los combustibles por mes y la inflación es del 7%”, detalló Cavallo en declaraciones a LN+.
“Quiere decir que se van a ir atrasando esos precios a razón del 2% mensual”, explicó.
“¿Después que va a pasar? Van a tener que autorizar un aumento mucho mayor. Es lo mismo que pasa con todas las tarifas de los servicios que se han venido atrasando. Todo eso es inflación reprimida”, consideró el ex titular del Palacio de Hacienda de Carlos Menem (1991-1996 y Fernando de la Rúa en 2001).
“Yo diría que dado que no tienen posibilidades de bajar la tasa de inflación porque la orientación general de la política económica y la organización de esta economía hace imposible que le crean al Gobierno que va a ser capaz de estabilizar en un sentido genuino, entonces que por lo menos aprovechen esta inflación relativamente alta para que aflore toda esa inflación reprimida y que queden los precios relativos más en equilibrio”, razonó el padre de la Convertibilidad.
La medida, según el ex titular del Palacio de Hacienda, favorecería “la eventual estabilización posterior de la economía”. Ante todo sería necesario, insistió el ex ministro, “liberar los precios”.