Los merenderos de la parroquia Jesús Misericordioso continúan siendo un sitio de contención clave para una gran parte de los niños de los barrios más humildes del suroeste capitalino que hoy atraviesan una “difícil situación porque han subido muchísimo los niveles de pobreza y eso golpea fuerte. No se alimentan bien y eso repercute en la educación”, explicó el padre Gervasio Silva.
La parroquia Jesús Misericordioso se encuentra desarrollando sus festejos patronales que tuvieron su punto cúlmine hoy (domingo) en su iglesia ubicada en Itaembé Miní.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el padre “Gerva” Silva dijo que “la situación de crisis económica y de pobreza afecta seriamente a gran parte de nuestra comunidad parroquial. Estamos ubicados en una zona que está atravesada en gran parte por un cordón de pobreza que inicia en la parroquia y después se extiende hacia la zona de San Isidro y que se va hacia el lado de Fátima y Garupá. Es un cordón muy amplio que abarca muchísimos barrios y que hacen también que tengamos varios merenderos trabajando en la parroquia y eso habla de esta realidad difícil que pasan muchísimas personas”.
En el mismo sentido remarcó que esta situación económica compleja “la vivimos con mucha preocupación siempre porque los niveles de pobreza han subido muchísimo, es la realidad en el día a día que vemos, donde ya son varias generaciones de personas que viven, nacen, crecen y se desarrollan en un ámbito de una pobreza a veces extrema. Todo eso afecta, obviamente, no solamente a la cuestión de no comer lo suficiente, de no tener las cuatro comidas diarias, sino a nivel de educación y de comprensión, de poder formarse. Está comprobado que si no tienen una buena alimentación después no rinden, les cuesta mucho aprender los contenidos de la escuela y terminan abandonando, sintiendo que han fracasado en el estudio y que no pueden continuar absolutamente nada porque tampoco han tenido una buena alimentación que les permita desarrollarse como corresponde para poder aprender también después de la escuela, y eso genera más pobreza todavía”.

Impotencia
En otro tramo de la charla con este Medio, el sacerdote Silva, a cargo de la parroquia más extensa en territorio y capillas que la integran, en el ámbito de la Diócesis de Posadas, detalló que “tratar de ayudar a todos y ver que va creciendo la cantidad de personas afectadas por la crisis económica nos duele muchísimo. A nosotros, lo digo siempre, no nos alegra decir que tenemos merenderos, sí nos alegraría decir que no hacen falta más merenderos porque todos tienen un trabajo con un sueldo digno que les permite llevar el alimento a sus hogares y comer en su casa, en familia como a todos nos gustaría y no que vengan al merendero a buscar la comida que ni siquiera eligieron”.
Agregó que “no hay dignidad en eso de no poder elegir ni siquiera lo que uno quiere comer. Entonces, es un panorama triste el que muchas veces se vive desde ese sentido, ¿no? Considero que la pobreza condena a una existencia casi de esclavitud en muchos casos, porque las personas terminan viviendo de las sobras que les llegan”.
El padre “Gerva” también consideró que “acá la solución tendría que venir de la mano de trabajo digno, de educación, no de subsidios que terminan sometiendo a la gente a un poco de plata que tampoco les alcanza porque no es que viven como reyes, como a veces por ahí circulan algunos comentarios en las redes sociales, realmente viven como pobres. A veces tienen un subsidio pero eso no dignifica ni tampoco les hace bien, les ayuda a sobrevivir pero bajo la línea de la pobreza siempre”.
Actualmente atienden ocho merenderos y colaboran con un merendero que no es de la parroquia Jesús Misericordioso, “pero cada vez que recibimos donaciones, como esta semana, de iniciativas privadas, siempre tenemos la pauta de repartir de inmediato para que llegue a la gente cuanto antes. Y como en este caso recibimos bastante lo compartimos también con un merendero del barrio Aeroclub que se llama Caritas Felices”.
Por último recordó que “hoy son cerca de quinientos niños los que asisten a todos los merenderos y también algunas personas adultas que están pasando situaciones muy difíciles y que se benefician con lo que les podemos dar. Sería bueno que nadie necesite este tipo de asistencia, que puedan ganarse dignamente con esfuerzo la comida, que puedan trabajar, que los respeten y nos respetemos entre todos, eso nos hará crecer como sociedad”.
“En campaña hay más donaciones”
Consultado si en época de campaña electoral reciben más donaciones de algún candidato, Silva dijo que “eso es así, aparece comida no sé de dónde, gracias a Dios y estamos bien en ese sentido. Ahora después de las elecciones no sabemos qué pasará porque hay muchos candidatos que son re generosos ahora y sería lindo que después continúen… mientras que sea para ayudar a la gente, nosotros recibimos esas donaciones”.
Aclaró que “los merenderos se sostienen principalmente a partir de la solidaridad de la gente, que aporta, que trae un kilo de harina, un poco de leche, azúcar y así se va sumando para poder dar respuesta a esta cantidad de personas”.