La Ley Federal de Lengua de Señas Argentina, aprobada en el país “es el reconocimiento de un derecho que hace años estamos luchando para que sea así y nos garantiza la participación plena de las personas sordas en todos los quehaceres de la vida”, explicó la licenciada Lilia Rodríguez, directora de la carrera de Intérprete Universitario en Lengua de Señas de la Argentina.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de Misiones, indicó que dará “accesibilidad comunicacional en diferentes ámbitos de manera real, plena y efectiva. Es reconocer a la Lengua de Señas Argentina como lengua natural de la comunidad sorda como su patrimonio lingüístico y cultural”.
A partir de la implementación de dicha Ley, el acceso a un estudio, trámites en entidades públicas y hasta para casarse será posible porque “tiene ese derecho comunicacional”. Previamente, “si bien ya existía, no estaba regulado sino normado”, agregó. A su vez, en la provincia buscarán que “todos los espacios tengan intérprete”.
Recordó que “Misiones está un paso adelantado a esta Ley, porque recién se aprobó, pero ya veníamos formando recursos humanos para implementarla”.
Consultada si existe el recurso humano suficiente de intérpretes de LSA actualmente para garantizar que se cubran todos los espacios en la provincia, Rodríguez manifestó que “no me atrevería a afirmarlo porque se van graduando en cada llamado. Ya contamos con recursos humanos, vemos que en diferentes espacios se está llevando adelante la accesibilidad comunicativa a través de los intérpretes universitarios, por ejemplo, en el IPLyC que es la primera lotería y casino del país que tiene accesibilidad en la comunicación”.
Acerca de las principales barreras que enfrentan las personas sordas en el día a día, Rodríguez no dudó en señalar en primer término a “la comunicación”. En este sentido, señaló que “los sordos van a un kiosco y tienen que señalar o escribir en el teléfono qué es lo que quieren, si quieren hacer una pregunta”.
A pesar de esto, reconoció que en su puesta en práctica “es otra lengua absolutamente diferente en la gramática, el utilizar las señas. Por eso, es difícil elaborar las señas, acompañarlas con el rostro, con la mirada que hace al decir y a la intención del decir esos gestos”.
La licenciada Rodríguez contó diferentes anécdotas con personas sordas. Para dimensionar hasta dónde llegan las barreras de la sordera, señaló que “hay mujeres sordas que van a sala de parto o a la consulta con el médico y que no llegan a entender qué les pasa porque no le pueden explicar del diagnóstico, el tratamiento…”. En una relación de extrema necesidad, como la atención médica, “la barrera en la comunicación es peor”, añadió.
También dijo que “hay cuestiones agradables, como el casamiento de uno de los asesores sordos de la Facultad y allí estuve como intérprete”.
Además, rememoró que “estuve en una maratón de trekking y nos convocaron para comentarle a los sordos que participan cómo es el recorrido, cuáles son los peligros con los que se van a encontrar, cuáles son las postas en las que tienen que pararse y prestar atención y verlos después llegar a la meta y que digan ‘que bueno que me dijeron esto’, eso para nosotros es muy gratificante”.
En relación a si existen oportunidades laborales para las personas sordas en la Argentina, en general, Rodríguez mencionó que “hay una ley de cupos del 4% y la mayoría de las veces son otras personas con otro tipo de capacidad, no sordos, quienes la ocupan porque justamente la barrera comunicativa frena eso. El jefe se plantea si suma a un sordo en su equipo cómo va a hacer para comunicarse. Ahora, los sordos pueden hacer todo, como dicen ellos, menos oír y son muy buenos”.
Contó que “tengo muchos amigos sordos que trabajan en la Casa de la Moneda, en el Banco Nación, su concentración es extrema porque no se distraen mientras trabajan, son muy buenos en matemáticas… mientras haya accesibilidad en la comunicación y se les diga lo que quieren de ellos, todo bien. Yo trabajo con tres de ellos y es un placer enorme ver la mirada que tienen de cada cosa que les propongo”.
Antes de existir una normativa
La directora de la carrera de Intérprete Universitario en Lengua de Señas de la Argentina, Lilia Rodríguez remarcó que la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) está apoyando y avalando la aprobación de esta Ley desde el año 2009-2011. Años atrás y aún sin una Ley aprobado, “estuvimos en el abrazo al Congreso y la Universidad presentó una nota de adhesión. Fue la única universidad en ese momento”, recordó.
Tras esto, recién “se realizó la apertura de la carrera”. Cabe recordar que la carrera comenzó con numerosos inscriptos para cursarla en la facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Posadas. A partir de esta experiencia, “contamos con el apoyo del Gobierno provincial para que nuevamente se abra en San Pedro y ahora están haciendo la inscripción definitiva en Garuhapé”. Con un agradecimiento a las autoridades misioneras por el apoyo recibido, también resaltó la colaboración de la comuna de Garuhapé, “donde el 29 empezarán las clases oficialmente”, agregó Rodríguez.
También no dejó de mencionar, “el reconocimiento social, el interés de la sociedad que hay hacia esta Lengua de Señas, hacia la capacitación, porque cada vez que hacemos una propuesta de curso en la facultad o en otros espacios, se acerca muchísima gente interesada en aprender”.